El candidato ultraliberal propone dolarizar la economía y eliminar el Banco Central, entre otras medidas.
El candidato presidencial argentino Javier Milei presentó este miércoles su plan económico para reconstruir la economía del país, que atraviesa una grave crisis con una inflación superior al 100% anual. Sin embargo, su propuesta fue recibida con un “cacerolazo” en varios barrios de Buenos Aires, donde los vecinos expresaron su rechazo a las medidas ultraliberales del aspirante a la Casa Rosada.
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Milei, que se define como un anarco capitalista y devoto de la Escuela Austriaca, anunció un plan que contempla la reforma de cientos de normas para sentar “las bases de la reconstrucción de la economía argentina y el bienestar de los argentinos”. Entre las medidas más polémicas se encuentran la dolarización de la economía, la eliminación del Banco Central, la reducción del gasto público, la privatización de empresas públicas y la derogación de la ley de alquileres.
Según Milei, estas medidas son necesarias para acabar con la inflación, la inestabilidad y la corrupción, y para generar crecimiento, empleo y desarrollo. Sin embargo, muchos economistas y ciudadanos consideran que estas ideas son peligrosas, inviables y perjudiciales para la economía y la sociedad argentinas.
Más de un centenar de economistas de todo el mundo alertaron sobre los “peligros” del programa de Milei en una carta publicada el mes pasado. Los firmantes, entre los que se encuentran el francés Thomas Piketty y la india Jayati Ghosh, advirtieron que la dolarización y la eliminación del Banco Central son “potencialmente muy perjudiciales” para la economía argentina y sus habitantes, y que “pasan por alto las complejidades de las economías modernas, ignoran las lecciones de las crisis históricas y abren la puerta a la acentuación de desigualdades ya de por sí graves”.
Además, muchos argentinos recuerdan con dolor el régimen de convertibilidad implementado en los 90, que ató el peso al dólar y que derivó en una profunda crisis social y económica que estalló en 2001. Por eso, el plan de Milei genera rechazo y temor entre gran parte de la población, que se manifestó con cacerolas y pancartas en las calles.
El “cacerolazo” contra Milei se produjo el mismo día en que unas 3.000 personas convocadas por organizaciones sociales marcharon al Congreso para reclamar una renta básica universal. Los manifestantes denunciaron que el plan de Milei es “antipopular” y “antinacional”, y que solo beneficia a los sectores más ricos y poderosos.
Milei, que se enfrentará en la segunda vuelta de las elecciones al candidato peronista Sergio Massa, minimizó las protestas y dijo que son “orquestadas” por el Gobierno y los medios de comunicación. También acusó a sus detractores de ser “ignorantes” y “parásitos” que viven del Estado.
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