El abandono de la educación superior tiene consecuencias negativas para el futuro de los estudiantes y el desarrollo del país.
Un estudio realizado por el Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana, LEE, ha revelado un panorama preocupante en cuanto a la deserción universitaria en Colombia, abarcando los niveles técnico, tecnológico, universitario y posgrado.
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Uno de los indicadores más alarmantes es el de deserción, el cual revela una situación crítica en el país. Según los datos recopilados entre 2000 y 2021, la tasa anual promedio de deserción alcanzó el 11,0%. Esto implica que, en cada semestre, aproximadamente uno de cada 10 estudiantes matriculados en instituciones de educación superior abandonaron sus estudios y dejaron el sistema educativo.
Se observa una mayor incidencia de deserción en las instituciones tecnológicas en comparación con las universitarias, así como en las instituciones de carácter oficial en comparación con las privadas, lo cual es un motivo de preocupación.
Esta realidad evidencia que el factor económico desempeña un papel determinante en las decisiones de los estudiantes de ingresar, mantenerse o abandonar la educación superior. Los datos correspondientes al segundo semestre de 2021 revelan que la tasa de deserción fue del 13,3% entre los estudiantes pertenecientes al estrato uno, mientras que se redujo al 7,1% entre los estudiantes del estrato seis. Estas cifras reflejan las disparidades socioeconómicas y su impacto en las decisiones académicas de los estudiantes.
En varias regiones de Colombia se registraron tasas significativas de deserción en el segundo semestre de 2021. En La Guajira, aproximadamente el 21,6% de los estudiantes matriculados en instituciones de educación superior abandonaron sus estudios. En Bogotá y Putumayo, los porcentajes de deserción fueron del 13,7% y 13,3% respectivamente. Por otro lado, se observaron tasas más bajas de deserción en instituciones ubicadas en Cundinamarca, con un 4,2%, y en Norte de Santander, con un 4,7%. Estas diferencias regionales resaltan la necesidad de abordar la retención de estudiantes en el sistema educativo superior de manera integral.
Entre los datos analizados, se identificó que el grupo de estudiantes que experimentó la mayor tasa de deserción fue aquel que ingresó al primer semestre en el segundo semestre de 2020. Durante ese período, el 12,6% de los estudiantes que ingresaron abandonaron desde el primer semestre. En el segundo semestre, la tasa de deserción aumentó significativamente, llegando al 19,9%. Estos resultados revelan un desafío importante en la retención y el acompañamiento de los estudiantes que ingresaron durante ese periodo específico.
Aunque persisten algunas diferencias en cuanto a la deserción por género, los datos analizados muestran que en los últimos cinco años la tasa de deserción ha sido similar o ligeramente menor para las mujeres en comparación con los
hombres. En el segundo semestre de 2021, la tasa de deserción en hombres fue del 13,4%, lo cual representa un aumento de 1,5% en comparación con la tasa de deserción de las mujeres, que fue del 11,9%. Estos resultados subrayan que la deserción en la educación superior sigue siendo un desafío tanto para hombres como para mujeres.
Según datos del Ministerio de Educación, la tasa de deserción promedio en las instituciones de educación superior ha variado en los últimos años, llegando a alrededor del 11%. Es importante destacar que este porcentaje puede variar según la región, la institución y la carrera específica. Además, existen diferencias significativas en la deserción entre programas académicos y niveles de educación superior, como tecnológicos, técnicos profesionales, pregrado y posgrado.
