El niño falleció por el suministro de un medicamento falsificado que también causó la muerte de otros 15 bebés.
La muerte del niño Dominic Flórez Castrillo, ocurrida en 2016 por el suministro de un medicamento falsificado, no quedó impune. Un juez condenó a la clínica Laura Daniela y al departamento del Cesar por los perjuicios causados a la familia del menor.
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El fallo se basó en las pruebas presentadas por la Fiscalía, que demostraron que el medicamento Survanta, usado para tratar la insuficiencia respiratoria, estaba adulterado. El producto había ingresado al país por trochas desde Venezuela y luego fue distribuido en varias ciudades de la Costa.
La clínica Laura Daniela, donde se atendió al niño, no verificó la procedencia ni la calidad del medicamento. Tampoco reportó el caso al Invima ni a las autoridades sanitarias. Por estos hechos, también murieron otros 15 neonatos en la misma IPS.
El juez ordenó pagar una indemnización de 100 salarios mínimos a los padres del niño y de 50 salarios mínimos a sus abuelos y hermanas. Además, exigió una ceremonia pública de disculpas y el compromiso de no repetir estos hechos.
