La oferta se extiende de norte a sur y de oriente a occidente.
Ludys Ovalle Jácome
Especial para El Tiempo
Valledupar
Sobre la majestuosidad de la Sierra Nevada de Santa Marta y las faldas de la Serranía del Perijá reposa el Cesar.
Un relieve formado por la prolongación final de la cordillera oriental, así como por territorios llanos: Uno de carácter cenagoso a orillas del Magdalena y el otro formado por los valles del Río Cesar y el Ariguaní.
La oferta de atractivos turísticos se extiende de norte a sur y de oriente a occidente donde se entremezcla la biodiversidad de sus paisajes, su manifestación cultural expresada en su variedad étnica, el carácter alegre de su gente, sus costumbres, y tradiciones.
Además, Atención: Menor de edad fue abusada sexualmente por su tío político en Cesar)
Entre los principales destinos turísticos del departamento se encuentra Valledupar, tierra donde las leyendas cobran vida, convertida por excelencia en la cuna de la música vallenata, gracias en gran parte al Festival de la Leyenda vallenata que atrae a más de 50 mil turistas al año que fortalecen el potencial económico de la región.
La capital del Cesar también rinde homenaje perpetuo al folclor que la caracteriza mediante sus monumentos. Lea también: Fuertes precipitaciones afectaron a 400 familias en zona rural de Valledupar
Van desde la piloneras, Mi pedazo de acordeón, Los poporos, La Sirena de hurtado y el río Guatapurí que sobre una roca hace referencia a esta mítica silueta de esta leyenda. Alrededor de este afluente se encuentran, además, figuras talladas a escala natural, labradas en bronce, del cual hacen parte un granel de íconos musicales como: Diomedes Díaz y su hijo Martín Elías, Leandro Díaz, Carlos Vives, Jorge Oñate, Peter Manjarrez, Iván Villazón y Kaleth Morales, que, según los turistas, le dan un aire fresco, alegre y melodioso a la hidalga ciudad del Cacique Upar.
A pocos minutos de Valledupar están sus corregimientos ideales para la integración familiar y el descanso, bordeados de un ambiente agradable donde lo que prima es la espontaneidad y calidez de su gente.
Manaure y Pueblo Bello, con un clima primaveral y fecundas montañas
En esta ruta encontramos a Atànquez, Patillal, La Mina y Badillo, donde la magia y el encanto de sus afluentes, han sido fuentes de inspiración de juglares vallenatos, palpados en el singular mundo en el que la caja, la guacharaca y el acordeón, acompasados, ocupan un sitial de honor en el turismo nacional.
Cada uno hace su aporte. Atánquez, el epicentro de los kankuamos y de los dulces que salen de la molienda de la caña de azúcar, de rincones empedrados y de clima fresco.
Patillal, tierra de compositores y de casas en medio de jardines florecidos, Badillo, caserío rodeado de extensos arrozales que muestra con orgullo un templo colonial, católico, patrimonio histórico, y la Vega rodeado de verdes cerros y valles.
Ubicados en unos estratégicos lugares están Manaure y Pueblo Bello, con un clima primaveral y fecundas montañas donde se levanta sus exóticas reservas naturales.
Manaure es conocido como el Balcón turístico del Cesar, cercado de manantiales, ríos y cascadas, enmarcado con balnearios de ensueños y cavernas históricas que junto a un bien conservado bosque garantizan la biodiversidad de sus zonas.
Cuenta, además, con una extensa área de especies endémicas de fauna y flora además de bosques bien conservados, escenario lleno de vida en los que se respira la naturaleza en sus faldas montañosas de la Serranía del Perijá, muy apropiado para caminatas ecoturísticas, con fincas adecuadas para el descanso, sin duda alguna se constituye en un hito histórico, pero, sobre todo, con el contacto permanente de la pureza de su vegetación.
En Chimichagua la parada obligatoria es la ciénaga de zapatosa
Pueblo Bello, otra de las joyas turísticas del departamento, es considerado lugar para desconectarse del vaivén de las grandes ciudades, donde el visitante puede adentrarse con las tradiciones indígenas.
A pocos kilómetros de allí, se encuentra Nabusimake, la tierra donde nace el sol, capital espiritual de los arhuacos, donde se confunde el olor de los frutos maduros, testimonio de la rica flora y fauna tan propicia para el ecoturismo.
En Chimichagua la parada obligatoria es la ciénaga de zapatosa, con sus movimientos armoniosos y ondulados, por su más de 300 kilómetros cuadrados, con una gran extensa reserva natural que la llevan a ocupar el segundo lugar en Latinoamérica, de exuberante biodiversidad y flora que albergan un conglomerado de islas como la Ciénaga de Rio Grande, Alfaro, Gramalito, Bochinche entre otras de igual magnitud.
Nada más agradable que recorrer este atractivo lugar desde una chalupa, o caminar el muelle de150 metros de estructura metálica que lleva a quien lo visite evocar los versos de la piragua de Guillermo cubillo hilvanados de leyendas.
Y si lo que busca es un clima más refrescante, donde se trenzan miles de historias por el paso que le han dado los siglos y donde todas sus gentes se vuelven huéspedes Rio de Oro lleva la bandera de liderazgo.
Los pasos de los turistas van dejando huella en sus callecitas empedradas que trasladan en silencio el toque histórico que le han dado los siglos.
Río de oro es considerado patrimonio histórico de Colombia por su pintoresca arquitectura adornada de viejas casonas de bahareque, tapia pisada y teja española que le dan un aire colonial.
En cualquier caso, si el visitante quiere vivir una nueva experiencia y explorar nuevas rutas por el país, este departamento es una buena opción. En esta región siempre encontrará múltiples propuestas innovadoras.
Directora de Comunicaciones de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva,
Amplia experiencia en diferentes medios: Periodismo, Imagen Corporativa, Comunicación Organizacional, Marketing político, Relaciones Públicas, Protocolo, Proyectos Televisivos a nivel nacional, Asesoría de comunicación, Desarrollo de páginas Web y Mercadeo.