El Gobierno de izquierda lucha por avanzar con las transformaciones prometidas mientras enfrenta escándalos y resistencia en las calles.
El primer año de Gobierno del presidente colombiano Gustavo Petro, representante de la izquierda, ha estado marcado por dificultades para llevar adelante las transformaciones sociales prometidas y por escándalos que involucran a miembros de su entorno cercano.
Lea también: El defensor Helibelton Palacios se suma al Cruzeiro hasta 2025
Después de su elección en segunda vuelta el 19 de junio de 2022, con una votación de 11,2 millones de votos, Petro llegó al poder con la promesa de cambio y la intención de lograr un gran acuerdo nacional en un país profundamente dividido. Sin embargo, pronto surgieron tensiones y obstáculos.
A pesar de haber implementado la iniciativa de "paz total", que busca negociaciones con diversos grupos armados y lograr la aprobación de una reforma tributaria, Petro se ha enfrentado a dificultades para avanzar con sus controvertidas reformas en el ámbito de la salud, laboral y de las pensiones. La falta de mayorías legislativas y la ausencia de una estrategia de concertación han obstaculizado sus avances.
En respuesta a los obstáculos, Petro ha endurecido su discurso, apelando al apoyo del pueblo y cuestionando la separación de poderes. Ha manifestado que el Congreso, al no aprobar sus reformas, está desconociendo la voluntad popular que lo llevó a la Presidencia. Estas posturas han generado preocupación y alimentado la incertidumbre en torno a las políticas públicas.
Además, Petro ha realizado cambios en su gabinete, siguiendo una estrategia similar a la que empleó durante su mandato como alcalde de Bogotá. También ha intensificado sus críticas hacia la prensa, a la que considera un constante blanco de ataques.
El presidente celebró el primer aniversario de su victoria citando una encuesta difundida por sus seguidores en redes sociales que muestra una aprobación del 47,7% y una desaprobación del 43,3%. Sin embargo, estos números contrastan con una encuesta realizada por la firma Invamer, que señala una aprobación del 33,8% y una desaprobación del 59,4%.
A estos desafíos se suma el escándalo relacionado con el presunto abuso de poder e interceptaciones telefónicas ilegales, que involucra a Laura Sarabia, exjefa de Gabinete de Petro, y a Armando Benedetti, exembajador en Venezuela. Este escándalo surgió a raíz de la investigación irregular realizada por la seguridad presidencial sobre el hurto de un maletín por parte de la exniñera de Sarabia. Benedetti amenazó con revelar supuestas irregularidades en la financiación de la campaña presidencial de Petro.
La oposición ha convocado a una manifestación para expresar su descontento y determinar si tiene más fuerza que Petro, quien recientemente llamó a la población a salir a las calles para defender las reformas propuestas.
En este contexto, el presidente colombiano enfrenta importantes desafíos para cumplir con las expectativas generadas durante su campaña electoral y consolidar las transformaciones sociales que prometió implementar. La capacidad de Petro para superar
estos obstáculos y lograr avances significativos en su agenda dependerá de su habilidad para establecer alianzas, generar consensos y enfrentar los escándalos que han afectado a su Gobierno.