Mediante la integración de saberes tradicionales y tecnología, la comunidad Arhuaca participa en la selección y cultivo de nuevas variedades de frijol resistentes a las condiciones del Caribe.
La comunidad Arhuaca, en colaboración con el Proyecto Frijol Kolfaci de AGROSAVIA, ha estado trabajando en la creación de nuevas variedades de frijol común adaptadas a las condiciones de déficit hídrico y altas temperaturas del Caribe. A través de pruebas de adaptación en campo, utilizando materiales desarrollados por el CIAT, se busca obtener variedades que sean tolerantes y adecuadas para la región.
Lea también: El plan de la empresa minera que le apuesta a la ruta de la carbono-neutralidad
Lo innovador de este proyecto radica en la participación activa de la comunidad en la selección de los materiales. La comunidad Arhuaca elige los granos que cumplen con sus preferencias en cuanto a tamaño, brillo y color, y estos son sembrados en las fincas de los productores. De esta manera, se promueve una adaptación real y se logra la aceptación de las comunidades étnicas.
Además, este proceso ha permitido la integración entre las etnias y las comunidades campesinas de la región. En el año 2022, la comunidad Arhuaca de Umuriwa participó en la evaluación y manejo técnico de los ensayos de frijol élite en la finca La Prosperidad, perteneciente a un asociado de Asoproagrogar. Posteriormente, representantes de las comunidades Birwa, Ikarwa y Umuriwa se reunieron en la finca El Corralito para seleccionar los diez genotipos de frijol con mayor preferencia, teniendo en cuenta las características del grano.
Durante el desarrollo del ensayo, se han aplicado saberes tradicionales como los pagamentos, la armonización espiritual y el uso del calendario lunar para la realización de las labores agrícolas. También se utilizan biopreparados a base de extractos de plantas fermentadas, bioles y compost. Los frijoles Caupí y Tepari se utilizan como testigos en este proceso.
Esta iniciativa ha sido posible gracias a la diversificación de la formación del personal técnico de AGROSAVIA en el Centro de Investigación Motilonia. Se ha integrado a profesionales de las ciencias sociales, como el trabajador social y maestrante en estudios territoriales de la Universidad de Caldas, Juan Sebastián Valencia. Su apoyo ha sido fundamental para la validación de la metodología híbrida y la vinculación científico-tecnológica con los pueblos ancestrales de Colombia. El lanzamiento de este importante documento tuvo lugar durante el III Encuentro de Territorios Posibles en la Universidad de La Plata, Argentina.
La labor de la comunidad Arhuaca es de suma importancia, ya que garantiza la apropiación de las variedades y el cumplimiento de los lineamientos de la ley de origen, así como la armonización espiritual en reconocimiento a la madre tierra. En la evaluación realizada, se encontró que al menos cinco de los genotipos seleccionados presentaron mejores condiciones productivas en términos de número de vainas y vigor de
planta en comparación con los testigos.
Carina Cordero, investigadora máster, destaca la importancia de este trabajo colaborativo y participativo. A través de la investigación participativa, se han seleccionado los genotipos promisorios, se han establecido en campo y se ha evaluado su comportamiento y adaptación a las presiones bióticas y abióticas presentes en la región. El siguiente paso es continuar trabajando en la evaluación en campo y obtener el material genético necesario para desarrollar una nueva variedad de frijol común en el Caribe seco, con tolerancia a altas temperaturas y periodos prolongados de sequía.