Los querellantes alegan que Barreras militaba simultáneamente en dos partidos políticos diferentes con personalidad jurídica, lo que viola la prohibición de la doble militancia.
El senador Roy Barreras enfrenta una demanda de nulidad electoral por acusaciones de doble militancia de cuatro ciudadanos.
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Los querellantes han solicitado la nulidad de su acta de elección senatorial para el período 2022-2026, argumentando que Barreras militaba simultáneamente en dos partidos políticos diferentes con personalidad jurídica, lo que viola la prohibición de la doble militancia.
Barreras fue elegido senador para el período 2018-2022 por el partido "U", pero para las elecciones de 2022-2026 fue avalado por el Movimiento Alianza Democrática Amplia "ADA" y elegido por la coalición Pacto Histórico, que según los querellantes , constituye una clara violación de la prohibición de la doble militancia.
Además, los querellantes alegan que el demandado no renunció a la curul senatorial que obtuvo con el aval del partido "U" dentro del año anterior a su inscripción como candidato por el Movimiento "ADA". El caso se complicó con la expulsión de Barreras del partido "U" en octubre de 2020, por graves incumplimientos al régimen de bancadas, según concluyó un proceso disciplinario llevado a cabo por esa formación política. Pese a su expulsión, Barreras siguió ocupando su curul senatorial hasta el 20 de agosto de 2022.
Los querellantes también señalan que dos meses después de la expulsión de Barreras del partido "U", se anunció en medios de comunicación que el partido Alianza Democrática Afrocolombiana "ADA" avalaba al senador para su candidatura presidencial. Posteriormente, el 13 de diciembre de 2021, Barreras recibió el aval del Movimiento Alianza Democrática Amplia "ADA" y fue registrado por la coalición Pacto Histórico como candidato al Senado.
En una demanda adicional, Andrés Felipe Villalobos Erazo y Michelle Steffany Gómez Congote solicitaron la nulidad del acta de elección del senador por apoyar a un “candidato distinto al avalado o respaldado por la respectiva organización política”.
Según los querellantes, Barreras se vio obligado a apoyar en las primarias presidenciales al candidato de la Alianza Democrática Amplia, Alfredo Saade, pero en cambio apoyó a Gustavo Petro Urrego.
Argumentos de Barreras
Su abogado se opuso, argumentando que su expulsión del partido "U" no fue voluntaria, y por tanto, no incurrió en prohibición de doble militancia.
Según el abogado de Barreras, su retiro del partido "U" se debió a su expulsión del partido por parte de sus órganos competentes. Por lo tanto, su cliente no estaba obligado a renunciar a su escaño y tenía derecho a postularse como candidato al Senado por un partido diferente.
En ese sentido, el procurador planteó como excepción la inexistencia de la propuesta de configuración de los elementos propios de la modalidad de doble militancia atribuida a su defendido debido a que la expulsión por parte de la “U” es una situación de hecho no regulada por la Constitución Política. o la Ley 1475 de 2011.
El Consejo Nacional de Control Ético y Disciplinario del partido “U” abrió una investigación disciplinaria contra Barreras en septiembre de 2020, que culminó con su expulsión del partido en octubre del mismo año. El presidente y el secretario general del partido le informaron que perdía su condición de miembro del partido a partir de ese momento.
El abogado argumentó que su defendido dejó de pertenecer al partido “U” desde octubre de 2020, por lo que no puede configurarse la prohibición de la doble militancia ya que no era miembro de ese partido cuando se registró como candidato al Senado 2022- 2026 por el Movimiento Alianza Democrática Amplia "ADA".
Además, el abogado enfatizó que la Ley 974 de 2005 no establece que la expulsión de un diputado de su partido político imponga el agravio a la democracia y a la representatividad de las instituciones.
Los ciudadanos merecen conocer la verdad y tener la certeza de que los representantes que eligen actúan con integridad y respeto a la ley.
El caso de Roy Barreras es solo uno de muchos que demuestran la necesidad de una revisión profunda del sistema político colombiano.
Se requiere de medidas más efectivas y transparentes para prevenir y sancionar la doble militancia, así como de mayores controles para garantizar la ética y la probidad de los representantes electos. Solo de esta manera podremos tener una verdadera democracia, en la que los ciudadanos confíen en sus líderes y en las instituciones que los representan.
