No mis amores, el haber sido profesor de pregrado o postgrado no nos faculta para contratar a nuestros alumnos por menos dinero del que en justa medida corresponde. Estamos para exigirles y formarlos, no para explotarlos.
No mis amores, tampoco está bien que cuando vayamos a aceptar una propuesta de trabajo, ni siquiera nos tomemos la molestia de preguntar cuanto le pagan a los que ya están vinculados. Muchos se han visto obligados a reducir sus remuneraciones por la llegada de nuevos colegas a quienes les pagan menos.
Que vergüenza, ala; pero pretender, anhelar o garosiar el trabajo de otro al que no le pagan hace varios meses es un comportamiento incomprensible, reprochable y preocupantemente patológico.
Sí, sí, la necesidad es mucha, todos sabemos que la calle está dura, pero aquello que compensar precios bajos con un alto volumen de trabajo solo podría funcionar en la central de abastos; y mi corazón, no estamos vendiendo hortalizas, estamos prestando servicios profesionales y ejerciendo nuestra vocación.
Los médicos colombianos no han tenido ajustes remuneratorios desde el año 2001. Se estima que en 20 años han perdido cerca de un 160% de su capacidad adquisitiva, situación que han compensado trabajando en promedio 80 horas semanales con pagos “oportunos” a 120 días.
¡No seas muérgano!
Respetá la formación de tu colega, que la bata blanca no se la ganó en una rifa, a él o ella también le tocó lidiar al profesor que infundía terror, le tocó aguantar hambre en el turno que no dio tiempo para comer, también le tocó aprender a hablarle al jefe de servicio que era intransigente, se aguantó que los pacientes le maltrataran por ser demasiado joven o que sus propios colegas se le burlaran porque en medio del sueño y del cansancio se quedó dormido en alguna silla.
Nuestra mayor dificultad no son los tarifarios ni los salarios del sector público, nuestra verdadera dificultad es la ausencia de una conciencia colectiva que nos permita trabajar en equipo de manera organizada y coordinada para garantizar que TODOS estemos aportando a la dignificación del trabajo de TODOS.
¿Y si por primera vez hacemos el esfuerzo, y le metemos la ficha al respeto mutuo?
Abogada de la Federación Colombiana de Sindicatos Médicos (Fecolmed)
