Las autoridades ecuatorianas atribuyen el atentado con coche bomba a una represalia del crimen organizado por traslados de presos.
Seis sospechosos, cuatro ecuatorianos y un colombiano, fueron capturados por su supuesta participación en un coche bomba que causó varias detonaciones en una zona comercial de Quito. El hecho no dejó víctimas mortales ni heridos.
(Además: Invima alerta por dulces con cannabis ilegal)
El general de la Policía Pablo Ramírez informó que los detenidos tienen antecedentes por extorsión, robo y asesinato. Además, se movilizaban en un vehículo robado, al igual que el usado para el ataque.
Según Ramírez, el coche bomba contenía dos bombonas de gas, mecha lenta y posiblemente dinamita. El lugar de la explosión era la antigua sede del Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de Libertad (SNAI), encargado del control de las cárceles.
El general señaló que el atentado sería una venganza del crimen organizado por los traslados de presos realizados este miércoles entre diferentes cárceles. Ese mismo día se registraron motines en las prisiones de Latacunga, Cuenca y Azogues, donde los reclusos retuvieron a varios guardias.
Un fiscal les imputó a los seis detenidos varios delitos, como cohecho, tráfico de estupefacientes, tráfico de influencias, abuso de la función pública, privación ilegal de la libertad y asociación para delinquir. Los implicados no aceptaron los cargos.
Ecuador vive una ola de violencia carcelaria y callejera desde 2020, que ha dejado más de 400 muertos por enfrentamientos entre bandas criminales. El país pasó de 5,8 a 25,32 homicidios intencionales por cada 100.000 habitantes en 2022, la cifra más alta de su historia.