Más de 95 fallecidos, miles de afectados y graves daños materiales son el saldo de la peor gota fría en décadas.
Una devastadora DANA, o gota fría, ha azotado a España, dejando a su paso un rastro de muerte y destrucción sin precedentes. Las regiones más afectadas son la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha, donde las intensas lluvias han causado inundaciones, desbordamientos de ríos y el colapso de infraestructuras. ( Además: Recaudación de derechos de autor alcanza récord histórico )
Hasta el momento, se han confirmado al menos 95 víctimas mortales, la mayoría en la provincia de Valencia. El municipio de Paiporta ha sido uno de los más afectados, con más de 40 fallecidos. Además, hay decenas de desaparecidos y miles de personas han perdido sus hogares.
La tormenta ha provocado graves daños en las infraestructuras de transporte. Numerosas carreteras han quedado intransitables, el servicio ferroviario se ha visto interrumpido y los aeropuertos han cancelado numerosos vuelos. La situación ha generado un caos logístico y dificultado las labores de rescate y asistencia a los afectados.
Respuesta de las autoridades
El Gobierno español ha declarado el estado de emergencia y ha movilizado todos los recursos disponibles para hacer frente a esta crisis. El presidente Pedro Sánchez ha visitado las zonas afectadas y ha anunciado medidas de apoyo a los damnificados. Las Fuerzas Armadas, junto con los servicios de emergencia, están trabajando sin descanso para rescatar a las personas atrapadas y atender a los heridos.
La sociedad española se ha volcado en ayudar a los afectados por esta tragedia. Numerosas organizaciones y ciudadanos han organizado campañas de recogida de alimentos, ropa y otros artículos de primera necesidad. Además, se han puesto en marcha plataformas de donación para ayudar a reconstruir las zonas devastadas.
La DANA ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de España ante fenómenos meteorológicos extremos. Es necesario reflexionar sobre las causas de esta catástrofe y tomar medidas para prevenir y mitigar los efectos de futuros eventos similares.