El Departamento de Estado calificó la decisión de Nicaragua de “otro paso hacia la erosión de la democracia” y reiteró su apoyo a la OEA.
El Departamento de Estado de Estados Unidos expresó su preocupación por la reciente salida de Nicaragua de la Organización de Estados Americanos (OEA), a la que acusó de violar sus principios y actuar en contra de sus intereses.
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La decisión de Nicaragua de abandonar formalmente la OEA ha generado una serie de reacciones en la comunidad internacional.
La OEA ha denunciado desde hace tiempo las alarmantes violaciones de los derechos humanos bajo el gobierno de Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo. A pesar de estas críticas, Ortega y su gobierno han rechazado vehementemente las acusaciones.
Nicaragua inició un proceso de dos años para retirarse de la OEA en noviembre de 2021, agravando las tensiones entre el país y la organización regional. La OEA ha anunciado que seguirá monitoreando de cerca la situación de la democracia y los derechos humanos en Nicaragua, incluso después de su salida de la organización, a la que pertenecía desde 1950.
“La decisión de Nicaragua de retirarse de la OEA es otro paso hacia la erosión de la democracia y el aislamiento del pueblo nicaragüense”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, en un comunicado. Price también reiteró el apoyo de Estados Unidos a la OEA y a su secretario general, Luis Almagro, por su labor en defensa de los valores democráticos en el hemisferio.
Price instó a Ortega a liberar a los presos políticos, restablecer las libertades civiles y permitir elecciones libres y justas. Asimismo, advirtió que Estados Unidos seguirá imponiendo sanciones a los responsables de violar los derechos humanos y socavar la democracia en Nicaragua.
