La mujer mantuvo una relación amorosa por dos años con el convicto, hasta que un día él la atacó en un baño de la prisión.
Un día, una mujer argentina, identificada como Analía, recibió una solicitud de amistad de un desconocido, misma que aceptó. Se trataba de Javier Baldovino, quien luego de conversar con la dama por dicha red social, durante una semana, le confesó que estaba preso.
A Analía no le importó, y luego de estar chateando por cinco meses, varias horas al día, sintió la confianza por conocer en persona a Baldovino, por lo que lo visitó en la cárcel.
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El hombre, que está cumpliendo una condena de ocho años y medio por violencia de género contra su expareja y un intento de asesinato contra su excuñado, supo ganarse el amor de la mujer. Sin embargo, ella jamás imaginó lo que estaba por pasar.
Después de visitar la prisión una vez al mes, y por casi dos años, su enamorado la atacó y por poco acaba con su vida.
El hecho se habría registrado hace unas semanas cuando Analía visitó una vez más a Javier Baldovino, y estando allí le pidió prestado su celular para avisar a su familia que había llegado bien al penal.
La mujer corrió hacia el baño con el teléfono del recluso en la mano, a los gritos y en medio de un escándalo. “Él me persiguió pidiéndome de mala manera el teléfono, y cuando ingresó al baño, me agarró del cabello y del cuello para ahorcarme”.
“Recién ahí me di cuenta de que, en la zona de baños, no hay seguridad. Si hubiese querido me mataba ahí mismo”, admitió Analía.
Luego de esa aterradora escena, ella fue hasta una comisaría de la mujer para formular una denunciar en contra de Baldovino.
“Ahora él se enteró de que le hice otra denuncia por violencia de género y se enojó. Tengo miedo de que salga y me venga a buscar o me mande a matar. No sé dónde ir o qué hacer”, contó.
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