En medio de las manifestaciones antigubernamentales que reclaman su renuncia.
La presidenta de Perú, Dina Boluarte, afirmó este miércoles ante el cuerpo diplomático acreditado en su país que su Gobierno "no permitirá que se instale el caos y la violencia" en medio de las manifestaciones antigubernamentales que reclaman su renuncia, con un saldo de más de 60 muertos desde diciembre pasado.
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"Reitero con convicción y firmeza que el Gobierno no permitirá que se instale el caos y la violencia, y tampoco decaerá en sus esfuerzos para que el diálogo, en un contexto amplio e inclusivo, se produzca a fin de construir la paz social y atender las legítimas demandas ciudadanas", señaló Boluarte en una ceremonia celebrada en el Palacio de Gobierno de Lima.
La gobernante agregó que su país "y el mundo han sido testigos" de que las movilizaciones sociales contienen "reclamos legítimos, postergados durante décadas", pero a ellas "se han sumado acciones subalternas y delictivas".
Añadió que, a pesar de ello, su país se "mantendrá siempre respetuoso de sus obligaciones y compromisos internacionales, en particular aquellos relativos a la protección derechos humanos y las libertades fundamentales".
"No me cansaré de lamentar profundamente la muerte de nuestros compatriotas", acotó antes de reiterar su compromiso de "brindar las más absolutas facilidades" al Ministerio Público para las investigaciones y posibles sanciones "a los responsables, para que estos trágicos hechos no queden impunes".
La gobernante también aseguró que "en un espíritu de plena apertura y transparencia" su Gobierno ha recibido en dos ocasiones la visita de misiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y al enviado especial del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
"El Perú será receptivo a los informes que resulten de estas y futuras misiones", anunció antes de señalar a los diplomáticos que confía en que su país "seguirá contando con el apoyo de sus países, con los que nos unen históricos lazos de amistad y cooperación que valoramos profundamente".
Al ofrecer el saludo a Boluarte en nombre del cuerpo diplomático y los organismos internacionales acreditados en Perú, el nuncio apostólico, Paolo Rocco, señaló que se debe "reflexionar profundamente sobre las causas que nos han conducido a esta situación" que afronta el país andino.
Tras abogar por "el bien común", Rocco dijo que la actual crisis en Perú habla de "la fuerte necesidad de cohesión social, volviendo a ubicar la palabra juntos en el centro".
El nuncio remarcó que "los manifestantes son principalmente pobladores de las regiones rurales, urbanos populares y amazónicos que por años han sido invisibilizados o marginados o postergados desconociéndose sus derechos ciudadanos".
Sostuvo, sin embargo, que "ciertamente la violencia contra las personas, contra la propiedad pública y privada, nunca es justificable", pero pidió "intervenir sobre la causa que la genera y neutralizarla haciendo prevalecer siempre la fuerza de la ley, nunca la ley de la fuerza".
"La unidad debe prevalecer sobre el conflicto, el conflicto no puede ser ignorado o disimulado, ha de ser asumido, pero si quedamos atrapados en él perdemos la perspectiva", dijo antes de pedirle a Boluarte que evalúe propuestas de solución "en función de lo que beneficie a todos los ciudadanos".
"No a la violencia, venga de donde venga, no más muertos", concluyó.
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