Reclusos cobran hasta un millón de pesos por dejar meter colchones. Debieron trasladar a 400 presos.
Ludys Ovalle Jácome
Especial para El Tiempo
Valledupar
El amotinamiento registrado el pasado domingo en la Estación Permanente de Policía de Valledupar refleja la problemática de los centros carcelarios en la capital del Cesar.
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El detonante que desató la trifulca entre los reclusos fue un operativo de allanamiento dentro de la estación, donde fueron decomisados elementos no permitidos: caletas de armas cortopunzantes, celulares y drogas (marihuana, bazuco y base de cocaína).
El dispositivo obedeció a una veintena de denuncias sobre extorsión y maltratos, formuladas por los familiares de algunos reclusos ante la Personería Municipal de Valledupar.
Las quejas van desde el cobro de $ 200 mil hasta un millón de pesos, por parte de un grupo de privados de la libertad, para permitir el ingreso de colchonetas, alimentos y mujeres al establecimiento carcelario.
“De tantas quejas que tenemos, hemos organizado un paquete para presentarlas oficialmente ante las autoridades competentes del orden nacional. Incluso, cuentan que hay agentes de policía que, presuntamente, tienen cierto favoritismo con diez reclusos (considerados no peligrosos), a quienes les permiten salir para las tiendas, pasear y retornar al lugar a cambio de 200 mil pesos”, comentó Silvio Cuello, Personero de Valledupar.
El funcionario indicó que los detenidos al informarse del procedimiento, se agredieron entre ellos mismos. En medio de la furia cavaron huecos en las paredes, al parecer, para intentar fugarse a las casas vecinas y extraer piedras para lanzarlas al exterior.
Decidimos trasladar a estos reclusos para poder investigar a fondo las denuncias y verificar la existencia de las caletas…
Durante el motín resultaron lesionadas cuatro personas, que no revisten gravedad alguna.
“El factor ‘sorpresa’ les disgustó y se agredieron internamente para cuando ingresara la policía le echaran la culpa a las autoridades. Sin embargo, los uniformados nunca ingresaron, porque tras cinco intentos de diálogos por parte de la Personería, Defensoría y Procuraduría, pudimos ingresar al lugar”, recalcó Cuello.
En el marco de este procedimiento fueron trasladados temporalmente 400 reclusos al Comando de Policía Cesar y 25 a la Cárcel Judicial de esta localidad.
“Decidimos trasladar a estos reclusos para poder investigar a fondo las denuncias y verificar la existencia de las caletas, las cuales fueron encontradas en huecos de las paredes, techo y piso del centro penitenciario. Puede que sea para uso personal de ellos mismos o para comercializar al interior de este lugar”, detalló el Personero.
Hacinamiento extremo
La Estación Permanente de Policía de Valledupar presenta un alto grado de hacinamiento. Actualmente alberga a 507 privados de la libertad, pese a que la capacidad está contemplada para 80 reclusos, máximo 100.
Es decir, existe un hacinamiento del 400 por ciento, mientras tanto, otros capturados esperan cupos en otros centros carcelarios.
“Hemos llegado a albergar hasta 616 reclusos en este lugar, porque con la llegada de algunos extranjeros, se incrementó la delincuencia. Tras una acción de tutela que interpuso la Personería, pudimos bajar el hacinamiento”, recalcó el funcionario.
El lugar ha sido diseñado para ser un centro de reclusión transitoria, sin embargo, con el paso de los años se ha convertido en una improvisada cárcel.
El grado de hacinamiento es tan alto que muchos deben dormir en el piso y en condiciones infrahumanas. Frente a la fragilidad del sistema carcelario, tienen que ingeniárselas para subsistir mientras cumplen sus condenas.
El centro requiere adecuación de la infraestructura física. Actualmente presenta problemas en las paredes, columnas, baterías sanitarias y el techo. Los cimientos están débiles a raíz de las mismas caletas que construyen rudimentariamente algunos detenidos.
Hasta el momento, la construcción de un nuevo centro de reclusión por parte del Gobierno Nacional se ha quedado en promesas y anuncios.
“Esta semana se realizarán algunas obras de mejoramiento, pero no es suficiente para solucionar el hacinamiento de este lugar. Se requiere de la aplicación de una verdadera política carcelaria.
En reiteradas ocasiones se ha solicitado la construcción de un nuevo centro penitenciario, que requiere inversiones millonarias, pero las alcaldías no podemos asumir la totalidad de estas inversiones.
El Gobierno Nacional debe apoyar con estos recursos”, destacó Mello Castro, alcalde de Valledupar.
Directora de Comunicaciones de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva,
Amplia experiencia en diferentes medios: Periodismo, Imagen Corporativa, Comunicación Organizacional, Marketing político, Relaciones Públicas, Protocolo, Proyectos Televisivos a nivel nacional, Asesoría de comunicación, Desarrollo de páginas Web y Mercadeo.
