Josefina Castro Daza fue mucho más que una reina de belleza. A sus 69 años, la ex señorita Cesar 1973 perdió la batalla contra el cáncer el pasado martes.
Ludys Ovalle Jácome
Especial para El Tiempo
Valledupar
El pasado 10 de diciembre, Valledupar perdió a una de las icónicas figuras de la cultura y una de las mujeres más admirada en esta sección del Caribe colombiano: Josefina Castro Daza. A sus 69 años, la ex señorita Cesar 1973 perdió la batalla contra el cáncer, una enfermedad que venía padeciendo desde hacía dos años. ( Además: 900 familias serán beneficiadas con mejoramientos de vivienda )
“Ella fue una consentida de la vida, pero la vida también le dio duro durante los últimos dos años por su enfermedad. En la mañana del pasado martes, fui a saludarla como de costumbre. Me quedé con ella un rato, y buscando la forma de sacarle una sonrisa, le dije jocosamente: ¡despiértate floja!, deja de dormir. Cuando me fui a casa, a los diez minutos me llamaron para decirme que había fallecido”, recuerda con nostalgia, Juan Manuel Castro, hermano menor.
Ella fue una consentida de la vida, pero la vida también le dio duro durante los últimos dos años por su enfermedad
Juan Manuel Castro. Hermano menor de Josefina
¿Quién era Josefina ‘Fina’ Castro Daza?
Josefina nació en Valledupar, en el hogar de Rosalía Daza y José Guillermo ‘Pepe’ Castro, reconocido dirigente político de la región, escritor y ganadero. De él recibió un cariño especial que la marcó profundamente. Sus hermanos, Guillermo, Celso y Juan Manuel, sostienen que ella se destacó por su alegría desbordante y su actitud positiva.
“Como era la única mujer de la casa, recibió un cariño especial por parte de mi padre. La consentía constantemente. Él era una persona muy sociable y cercano a las comunidades, y ella heredó muchas de estas facetas que abrazó con pasión”, recuerda su hermano.
Era conocida por su firmeza y fortaleza, su alegría desbordante y espíritu vibrante. Su sonrisa cautivaba el cariño de todas aquellas personas que la conocieron. Era una estrella que irradiaba luz a pesar de sus quebrantos de salud.
“Era una mujer cuya presencia iluminaba cualquier lugar al que llegaba. Tenía una personalidad arrolladora, por ello, se destacaba en cualquier reunión social, fiesta o evento. Saludaba todos con una amplia sonrisa, fue una luz para quienes la conocimos”, comenta su cuñada, Elsa Palmera.
Su carisma y belleza la llevó a representar con orgullo al departamento del Cesar en el Reinado Nacional de Belleza en 1973. En ese entonces tenía 18 años de edad, y su padre Pepe Castro, la motivó a representar al departamento. En el reinado no solo se destacó por su belleza, sino también por su alegría desbordante.
“Mi papá decía que Josefina era la reina de la casa. Como él era muy novelero, la animó para que representara al Cesar en el Reinado Nacional de Belleza. Allá fue elegida Reina de los Fotógrafos. Después del evento, mi papá seguía llamándola reina, yo jocosamente decía: Sí, reina de los fotógrafos. Fina se reía de esas anécdotas”, recalcó su hermano.
Leonor Dangond Castro, Directora del Museo de Artes de Valledupar (Mav), prima segunda y amiga entrañable de Josefina, recuerda con gratitud y alegría, su papel como chaperona de su pariente durante algunos reinados en los que participó. Uno de ellos, el Reinado Internacional de la Caña en la ciudad de Cali.
Después de su participación en el Reinado Nacional de Belleza, me nombró chaperona para que la acompañara al Reinado Internacional de la Caña en Cali. Disfrutamos mucho ese evento
Leonor Dangond Castro. Directora del Museo de Artes de Valledupar
“Más allá de los lazos familiares, nuestra cercanía se acrecentó por nuestra bonita amistad. Éramos de la misma edad, compaginamos mucho porque vivíamos muy cerca. Ella era hija única del matrimonio de sus padres, así que loa consentían mucho. Después de su participación en el Reinado Nacional de Belleza, me nombró chaperona para que la acompañara al Reinado Internacional de la Caña en Cali. Disfrutamos mucho ese evento”, recuerda entre risas, Leonor.
Su amistad con Gabriel García Márquez
Después de su paso por los reinados, Josefina viajó Estados Unidos, en donde estudió idiomas. Poco tiempo después, retornó a Colombia e ingresó a la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá, donde se graduó como Profesional de Estudios Literarios.
Esa conexión emocional con la literatura le abrió las puertas a un círculo más cercano encuentros con escritores y poetas. Su interés por las letras, su arrolladora personalidad y su habilidad para relacionarse le permitieron establecer una amistad con el célebre escritor y periodista, Gabriel García Márquez. En más de una ocasión, compartieron experiencias y visiones del ámbito literario.
“En esa ocasión ella se relacionó con muchos escritores emergentes y personajes del ámbito literario en Bogotá. En uno de esos grandes eventos se conoció con Gabriel García Márquez. De hecho, ellos se tomaron una foto en la Plaza de Toros de Bogotá. Ella me contó que tuvo una buena amistad con él”, detalló Leonor.
Su fascinación con la literatura y la cultura, la llevó a desempeñar varios cargos en diferentes entidades del Estado. En el Ministerio de Cultura, contribuyó al Programa Nacional de Estímulos.
“Ella era una apasionante de los temas culturas, por ello, Consuelo Araujo, durante su cargo como Ministra de Cultura, la invitó a formar parte de su equipo en esta entidad”, recalcó Juan Manuel.
La dimensión de su rol cultural, la llevó a ser parte del equipo diplomático del país, como Agregada Cultural de la Embajada de Colombia en Perú, promoviendo la cultura nacional en el extranjero.
Facilitó intercambios culturales, trayendo personas de Perú a Valledupar y llevando a otras personas de la región hacia ese país
Alvaro José Soto. Amigo de Josefina.
“Era una mujer muy culta. Estuve trabajando con ella en Lima (Perú) donde lideró algunos procesos de los empresarios que estaban radicados en Perú. Además, facilitó intercambios culturales, trayendo personas de Perú a Valledupar y llevando a otras personas de la región hacia ese país”, resaltó Alvaro José Soto, amigo de Josefina.
Las personas más cercanas a su entorno, también definen a Josefina como una mujer amante de la naturaleza. Leonor Dangond, recuerda una anécdota que refleja el carácter de Josefina: “Una vez, al entrar a un almacén, Josefina encontró un árbol totalmente talado afuera del establecimiento. Indignada, exclamó casi a gritos: "¿Qué pasó con el árbol?". Le respondieron que lo habían talado porque echaba muchas hojas. Con su determinación característica, Josefina declaró que no regresaría nunca más a ese almacén”, recordó su prima.
La ex señorita Cesar, también se dio a conocer por su generosidad y su dedicación a ayudar a los demás. A pesar de pertenecer a una familia acomodada y reconocida en la región, su sencillez y humildad eran inigualables. Trabajó incansablemente en favor de las mujeres, promoviendo su labor a nivel cultural y social.
“Ella hizo lo que quiso en una forma elegante, sin egoísmo, sin tener en cuenta las diferencias sociales. Se expresaba con mucho cariño de las personas y se los hacía saber. Era una mujer que le gustaba ayudar a los demás, una mujer muy distinta en un medio machista como el de Valledupar. Trabajó calladamente en favor de las mujeres, promoviendo su labor a nivel cultural y social”, destacó Elsa Palmera.
Una historia de amor
Josefina se casó en tres ocasiones. Al final de su camino, vivió una historia de amor significativa, se encontró con la persona con quien compartió los últimos ocho años de su vida: Jaime Palmera, hermano de Juvenal Ovidio Ricardo Palmera, conocido popularmente como ‘Simón Trinidad’, un exguerrillero de las Farc.
“Pertenecían a familias con dos ideologías políticas opuestas. La unión de ellos fue inesperada para algunos, porque Jaime se había casado tres veces y ella igual. Sin embargo, fueron una pareja compenetrada”, resalta Leonor.
Cuando Elsa Palmera, cuñada de Josefina, se enteró de que su amiga estaba saliendo con su hermano, Jaime Palmera, un reconocido arquitecto de la región, le aconsejo: “Fina, no te cases con mi hermano. ¡Tenlo de novio y ya! Tenlo como amigo, hagan vida en pareja, ¡pero cada uno en su casa!, recuerda Elsa.
Ignorando las sugerencias de su cuñada, Josefina contrajo matrimonio con Jaime Palmera el 8 de julio de 2016. Cada aniversario de boda, le recordaba a su cuñada, en medio de la alegría y bromas: “Ya llevo uno…llevo dos, llevo tres (…) y así duraron ocho años hasta la muerte de Josefina. Me alegra haberme equivocado y que Josefina no le siguiera la corriente. Duraron ocho años felizmente casados”, comentó Palmera.
Las exequias de Josefina se llevaron a cabo el pasado miércoles en la Catedral Ecce Homo de Valledupar, y sus restos fueron trasladados al Cementerio Central de esta capital.
“Fue una enfermedad muy fuerte. Hace diez días me comentó que sentía cansada, que ya se acercaba la hora de su partida. A pesar de su lucha para combatir el cáncer, su muerte es un alivio para ella. Nos duele mucho su partida, pero ya terminó su sufrimiento”, comentó entristecido Juan Manuel Castro Daza.
Directora de Comunicaciones de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva,
Amplia experiencia en diferentes medios: Periodismo, Imagen Corporativa, Comunicación Organizacional, Marketing político, Relaciones Públicas, Protocolo, Proyectos Televisivos a nivel nacional, Asesoría de comunicación, Desarrollo de páginas Web y Mercadeo.
