Solo el año pasado incautaron 405 piezas de algarrobillo en el norte de este departamento.
Ludys Ovalle Jácome
Especial para El Tiempo
Valledupar
Decenas de árboles de algarrobillo son derribados desde las alturas y terminan incrementando el tráfico ilegal de madera en el Cesar.
Esta es una de las especies protegidas que más sufre la tala ilegal en esta sección del caribe colombiano.
De acuerdo a los datos entregados por la Corporación Autónoma Regional del Cesar (Corpocesar), el año pasado se incautaron 405 piezas de esta especie en las vías del norte de este departamento.
A raíz de esta deforestación, se presentan remoción o pérdida de la cobertura vegetal y alteraciones en los corredores biológicos de fauna y flora en estas zonas
Recientemente, la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa), en coordinación con el Ejército y la Dirección de Impuesto y Aduanas Nacionales (Dian), decomisaron 24 metros de madera de algarrobillo, avaluada en más de 97 millones de pesos.
Los árboles habían sido talados en zona rural de Codazzi y tenían como destino Riohacha.
Durante otros operativos de registro y control en Los Corazones, corregimiento de Valledupar, fueron incautados 16.5 metros de madera, avaluadas en más de 67 millones de pesos.
Se utilizan para el uso de muebles en madera (carpinterías), elaboración de cercas, enramadas, quioscos, inclusive para exportación
Según las rutas de los decomisos que han venido realizando las autoridades a los tractos camiones o cargueros, estos árboles se comercializan en los departamentos de Bolívar, Magdalena, Atlántico y Santander.
La tala selectiva, arrasa otras especies codiciadas como: orejero, roble, cañahuate, uvito, trupillo, Gmelina y Guayacán, cuyas características gozan de prestigio por la calidad de su estructura.
“Se utilizan para el uso de muebles en madera (carpinterías), elaboración de cercas, enramadas, quioscos, inclusive para exportación”, explicó Liliana Cadena, jefe de la oficina Jurídica de Corpocesar.
Los municipios más afectados
Valledupar, Becerril, La paz, Codazzi y Curumaní, son los municipios más afectados por la tala indiscriminada de árboles.
Este fenómeno está asociado a la deforestación que genera un cambio en el equilibrio del ecosistema, ya que atentan contra la vida de otras especies vegetales, animales y al propio ser humano.
“A raíz de esta deforestación, se presentan remoción o pérdida de la cobertura vegetal y alteraciones en los corredores biológicos de fauna y flora en estas zonas”, recalcó la funcionaria.
Una de las acciones que se está implementando para frenar este flagelo, son los controles al transporte de la madera durante las 24 horas al día, ya que es en la noche cuando se realiza el mayor movimiento de madera ilegal.
Fuente informativa:
eltiempo.com
Directora de Comunicaciones de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva,
Amplia experiencia en diferentes medios: Periodismo, Imagen Corporativa, Comunicación Organizacional, Marketing político, Relaciones Públicas, Protocolo, Proyectos Televisivos a nivel nacional, Asesoría de comunicación, Desarrollo de páginas Web y Mercadeo.
