Investigación revela factores de riesgo y necesidad de atención integral en salud mental.
En el primer año de la pandemia del COVID-19, se registró un incremento del 25% en los índices de ansiedad y depresión a nivel mundial, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Antes de la pandemia, casi mil millones de personas ya sufrían de alguna enfermedad de salud mental diagnosticable, y esta cifra ha aumentado de manera exponencial desde entonces.
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La OMS también destaca que la estigmatización, la discriminación y la violación de los derechos humanos de las personas con trastornos mentales son problemas extendidos tanto en la sociedad como en los sistemas de atención médica en todo el mundo. Además, en 20 países todavía se penalizan los intentos de suicidio, lo que resalta la necesidad de fortalecer la difusión, sensibilización y educación en temas de salud mental.
Investigaciones realizadas en la región de Magdalena y La Guajira, auspiciadas por Minciencias y llevadas a cabo por la Universidad de La Guajira, revelan que existen varios factores de riesgo que requieren una atención integral en salud mental. Entre estos se encuentran la violencia social e intrafamiliar, la desintegración familiar, los trastornos afectivos y alimenticios, la búsqueda de identidad, la separación cultural, el estrés, el consumo de alcohol y sustancias psicoactivas, el desempleo, la presencia de grupos armados y las migraciones.
Ante esta situación, la Universidad de La Guajira está trabajando en acciones para el bienestar emocional y psicológico de la comunidad universitaria, especialmente enfocadas en los jóvenes de la región. Asimismo, se destaca la importancia de un buen estado de salud mental en tiempos de crisis y eventos postraumáticos, como la pérdida de seres queridos debido a la pandemia, que ha generado un alto índice de diferentes psicopatologías.
La salud mental es un tema de gran relevancia que afecta a una de cada ocho personas en todo el mundo, según la OMS. Los trastornos mentales pueden ser desencadenados por diversos factores a lo largo de la vida, como factores biológicos, genéticos, geopolíticos, ambientales y sociales. Reconocer las señales de trastornos de salud mental, como pensamientos confusos, tristeza, cambios bruscos de humor, preocupación excesiva, falta de energía y exceso de rabia, es crucial para buscar la atención adecuada.
Es fundamental reflexionar sobre el impacto de las enfermedades mentales en la sociedad y su relación con el entorno y el estilo de vida que llevamos. El núcleo familiar desempeña un papel clave en la prevención y enfrentamiento de desequilibrios mentales, promoviendo la comunicación, el apoyo emocional y un estilo de vida equilibrado y activo.
La salud mental requiere una atención especial y la colaboración conjunta de la sociedad, profesionales de la salud, instituciones y el gobierno. Es responsabilidad de todos crear un entorno que promueva el bienestar emocional, prevenga situaciones disfuncionales y brinde el apoyo necesario para aquellos que sufren trastornos mentales.