El talento innato de este músico floreció a los 12 años de edad, en su tierra natal San Juan Nepomuceno (Bolívar).
Ludys Ovalle Jácome
Especial para El Tiempo
Valledupar
“¡El cielo está de parranda, en la tierra lloramos tu partida!”, comentan nostálgicos los fieles seguidores del reconocido acordeonista, Rafael Ricardo Barros, tras su fallecimiento el pasado miércoles en la Clínica Gestión Salud en Cartagena.
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El músico sufrió un accidente cerebrovascular el domingo anterior, desde entonces permaneció en la Unidad de Cuidados Intensivos de este centro hospitalario.
Rafael Ricardo Barros tenía 73 años, era ampliamente conocido en el ámbito del folclor vallenato, gracias a sus habilidades y destrezas artísticas.
Su camino musical comenzó a los 12 años de edad en su tierra natal San Juan Nepomuceno (Bolívar), terruño tejido de memorables recuerdos, donde abrigó un sueño: ser acordeonero.
Talento innato y prodigioso que floreció por herencia de sus abuelos que tocaban piano. De allí su pasión por la combinación de estos dos instrumentos.
“Fue integrante del coro mixto de cuatro voces (sopranos, altos, tenores y bajos), lo que fue fundamental en su desarrollo armónico musical. Igualmente, recibió clases de armonio, que también me sirvieron en mi formación musical”, recalcó Pompilio Barrios, pariente del músico.
A partir de allí revolucionó con sus notas musicales y se convirtió en un experto en la interpretación del instrumento de fuelle, compaginando este arte con el canto y la composición.
Su trayectoria cobró brillo con el Conjunto de Adolfo Pacheco y Ramón Vargas; más adelante fue llamado por Los Caporales del Magdalena con el célebre cantante y acordeonero, Alfredo Gutiérrez.
Posteriormente fue reconocido por sus actuaciones musicales en casetas y diferentes festivales de acordeón en Sabanas de Bolívar, Sucre y Córdoba.
Más tarde realizó varias interpretaciones con Adolfo Pacheco, junto con Otto Serge.
Con este último hizo una dupla musical, y convirtieron en éxitos canciones como El Mochuelo’, ‘Serenata, Rosario’, ‘Bendita duda’, ‘El Mensaje’, ‘Mi Bautizo’, ‘Esposa mía’, ‘Pasión Oculta’, ‘Señora’, ‘Julia’, ‘Mi Niñez ‘y ‘Mi Canto de Cisne’, entre otras.
De igual manera realizó trabajos musicales con destacados artistas como, Jaime Llano González; Alci Acosta y con el arpista de América, Alfredo Rolando Ortiz.
Después de esta hazaña musical, compaginó su carrera artística con su hijo Rafael Guillermo con el cual grabó la producción “Rafa y Rafa” con “Amor Intimo”.
En su recorrido artístico también se apropió de las artes escénicas e incursionó en la televisión nacional en telenovelas como ‘Oye Bonita’, ‘Chepe Fortuna’ y ‘Donde carajos está Umaña’.
Su prolífera carrera artística será exaltada mañana sábado 24 de junio en San Juan Nepomuceno, en el marco de la VII Versión del FestiMaría, organizado por la Gobernación de Bolívar a través del Instituto de Cultura y Turismo (Incultur) en coordinación con la Alcaldía de San Juan Nepomuceno.
“Mi padre estuvo en el lanzamiento del festival y se mostró muy agradecido por este homenaje. Lamentablemente falleció antes del evento, sin embargo, el sentir de la familia es que se realice el evento a pesar de nuestro duelo”, dijo Rafael Barrios, uno de los hijos del músico.

Directora de Comunicaciones de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva,
Amplia experiencia en diferentes medios: Periodismo, Imagen Corporativa, Comunicación Organizacional, Marketing político, Relaciones Públicas, Protocolo, Proyectos Televisivos a nivel nacional, Asesoría de comunicación, Desarrollo de páginas Web y Mercadeo.