Unas 12 tiendas han desaparecido en ese barrio en los últimos tres años.
El 24 de febrero de 2020, lunes de Carnaval, en su tienda ‘La María’ de la calle 41 con carrera 30, barrio Chiquinquirá, el comerciante Gerardo Reyes Vega fue asesinado de dos disparos.
Días atrás había denunciado que era víctima de extorsión.
Ese fue el comienzo de una serie de episodios consecutivos que se han suscitados en una escalada de violencia sin tregua, según testimonios entregados a Zona Cero por vecinos y comerciantes afectados.
A mediados de diciembre de 2021, la tienda "La hormiga", ubicada en la esquina de la calle 44 con la carrera 27, a seis cuadras de la de don Gerardo, se dio otro episodio en una nueva práctica de los extorsionistas, disparar al comercio para intimidarlos y obligarlos a pagar extorsión.
Así ha ocurrido desde entonces, en Chiquinquirá y en otros barrios de Barranquilla y el área metropolitana.
El último de estos episodios sucedió en la noche del sábado en la tienda "La Cívica # 3″. Dos años atrás funcionó en esa esquina otra tienda que cerró igualmente por amenazas extorsivas. En los últimos meses reabrió con nueva administración, y las amenazas volvieron.
Diagonal a ese establecimiento ya desapareció la tienda ‘El ringo’, también por extorsión.
En estos tres últimos años, desde el ataque a "La María", hasta la fecha, según vecinos, unas 15 tiendas han cerrado en el barrio como consecuencia de las intimidaciones de las bandas de extorsionistas.
Rubén Darío Lozada, Presidente de la Junta de Acción Comunal asegura que "a raíz de la muerte del tendero Gerardo, salió a la luz pública algo que estaba escondido".
"Estas tiendas han sido blanco de atentados, de extorsiones y más o menos han ido desapareciendo estos negocios populares. Hoy podemos ver qué las tiendas La Cívica, ya la cerraron; El ringo ya la cerraron; el de la 43 con 33 ya la cerraron, el de la 41 con 27 la cerraron, el 44 con 27, de la 40 con 33 también fue cerrada, o sea tiendas populares que eran el ícono han sido cerradas por aquello de que ya no pueden ser sostenibles".
Hoy caminar las calles del barrio Chiquinquirá y ver lo que fueron las clásicas tiendas de barrio, es como recorrer un pueblo fantasma de olvidados territorio del país en los que las violencias de la guerrilla y el paramilitarismo han sembrado en el abandono estatal dichas poblaciones.
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