En el lugar reposan, mobiliario, fotografías familiares y colecciones privadas del artista.
Ludys Ovalle Jácome
Especial para El Tiempo
Valledupar
A escasos minutos de Valledupar, se asoma entre las montañas de la serranía del Perijá, el municipio de La Paz (Cesar).
Un pueblo pintoresco, amasado entre las costumbres provincianas, marcado entre notas de acordeones y tejido entre el universo de melodías y cantores.
“Nuestra región goza de riquezas musicales, tenemos muchas dinastías que nos hacen sentir orgullosos de nuestras raíces”, comentó Martín Zuleta, alcalde de La Paz.
Un semillero de talentosos juglares vallenatos, arquitectos de este rico folclor, como Jorge Oñate, el emblemático cantante que regó las calles pedregosas de esta tierra con notas respiradas, cantos de amor, leyendas, narraciones, anécdotas, cuentos y refranes populares que reflejaban la jocosidad de su carácter.
“Decía que él era el ‘papá de los cantantes’, el rey de la voz en el vallenato, que había enseñado a cantar a los demás cantantes”, recuerda entre risas, el mandatario.
Su infancia estuvo matizada por las diversiones que disfrutan los habitantes de estos pueblos durante su niñez, como los juegos de boliche, trompo, vuelo de cometas, el fútbol en otros.
“Jugaba con todo lo que encontraba. Usaba las ollas y las tapas como platillos, siguiendo los ritmos de estos sonidos, se ponía a cantar”, recuerda en medio de la nostalgia, Josefina Oñate Zuleta, prima hermana del artista, quien lo acompañó durante varias ocasiones a los estudios de grabación.
Tras su fallecimiento, el pasado domingo, por las secuelas que le generó el coronavirus, la Casa Museo, ‘Jorge Oñate, La leyenda’, cobra fuerza en este municipio.
La casa, canasta de sueños, testigo de sus añoranzas, fue heredada por su madre, Delfina Oñate (fallecida), está ubicada en el barrio las flores, cerca de la plaza Holaya Herrera, la misma que lo despidió en la tarde de ayer, en medio de lágrimas, ramilletes de flores, sentidos honores, sonoros aplausos, versos y cantos.
“¡Ay delante de nosotros/ como no te voy a llorar/ tú te fuiste para el cielo/ pa´cantarle a Jesucristo”, reza uno de los versos, dedicados por su hijo, Jorge Luís Oñate.
Es una casa blanca de estilo colonial, de amplios espacios, hermosos jardines, adornada de baldosas rojas, que anida en su interior mobiliario, colecciones privadas, vestuario, fotografías, retazos de periódicos y recuerdos familiares, que documentarán la semblanza del ídolo musical fallecido el pasado fin de semana.
También se puede apreciar allí toso su aporte al folclor vallenato durante su vida artística.
Una vez aquí, el visitante se adentra en las huellas musicales que dejó el artista, matizadas de remembranzas y anécdotas con la dinastía de los hermanos López
"Es un trabajo de recopilación del material escrito, fotográfico, fílmico y de diversos trofeos y reconocimientos, que ha estado a cargo de la esposa de Oñate”, destacó Zuleta.
Para que el visitante puede recrear con facilidad las costumbres de estas épocas vividas por el juglar vallenato, las actividades de la Casa Museo, va unida a un trayecto turístico denominado ‘Ruta de El Jilguero’, cuyo periplo comienza desde Valledupar y finaliza en su pueblo natal.
"Una vez aquí, el visitante se adentra en las huellas musicales que dejó el artista, matizadas de remembranzas y anécdotas con la dinastía de los hermanos López, con quiénes Oñate inició su carrera musical’, sostuvo el funcionario.
Fuente informativa:
eltiempo.com

Directora de Comunicaciones de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva,
Amplia experiencia en diferentes medios: Periodismo, Imagen Corporativa, Comunicación Organizacional, Marketing político, Relaciones Públicas, Protocolo, Proyectos Televisivos a nivel nacional, Asesoría de comunicación, Desarrollo de páginas Web y Mercadeo.