El lugar es considerado una réplica de Nabusímake, territorio sagrado para los indígenas.
Ludys Ovalle Jácome
Especial para EL TIEMPO
Valledupar
El Centro de Interpretación de la Cultura Arhuaca en Pueblo Bello (Cesar), está llamado a desempeñar un papel clave en la reactivación del turismo étnico, recreacional y ecológico del Cesar.
El lugar es considerado una réplica de Nabusímake “Ciudad donde nace el sol”, territorio sagrado de la comunidad indígena arhuaca.
“Fomentamos el enriquecimiento de las personas en torno a la cultura ancestral de nuestros aborígenes, por su alto nivel de conciencia espiritual y de cuidado del medio ambiente y del respeto por la madre tierra”, precisó Frank Montero, director de Comfacesar, entidad operadora del lugar.
Para los desarrolladores turísticos es un reto, teniendo en cuenta que los visitantes, antes de vivir esta experiencia, deben someterse a un ritual de bienvenida: descalzarse para que puedan abrazar al Murundua (árbol sagrado) y luego pasar por el Yaya (río Ariguaní) para purificar sus almas.
Lo hacemos para limpiar las energías. Luego realizamos un masaje con aceites de hiervas, como ruda y eucalipto, para activar el pensamiento de la cultura arhuaca”, explicó Virginia Arroyo Izquierdo, una de las indígenas que trabaja en este lugar.
El trayecto hace parte de la “Ruta Cesar a un nuevo ritmo”, comienza desde Valledupar y se conecta con la Sierra Nevada de Santa Marta, bordeada por una vegetación de contratastes, atravesada por una carretera de subidas y bajadas, pincelada por ríos caudalosos y cascadas, ideales para el disfrute de la naturaleza y la cultura arhuaca.
“Los ríos forman piscinas naturales, son un testimonio de su realidad mágica donde se perpetúan sus costumbres”, recalca José Jaime Dangond, administrador del lugar.
El sitio está rodeado por una muralla de piedras, enmarcado por varias cabañas que son testimonios de las tradiciones orales de los arhuacos: cantares, cuentos, mitos y leyendas.
“Después de que realizan el ritual de bienvenida, ofrecen al visitante un café cultivado en la región. Luego, se conectan por medio de su música chicote, donde se aborda un breve relato de su cosmovisión y cosmogonía del pueblo arhuaco”, subraya Montero.
Entre los recursos que atesora el Centro de Interpretación está el Ati Nawowa (madre de las aguas), término que utilizan para referirse al área del pagamento.
Seguidamente, están los cactus que representan las cuatro etnias (arhuacos, kankuamos, wiwas y koguis).
A un costado, se encuentra Uraku o viviendas típicas como: Tima (luna), Seynekun (tierra negra), Muñumeyna (nubes), que en su conjunto forman los siete puntos que integran el pueblo sagrado de esta etnia.
“El sitio es enigmático y nos han visitado turistas de muchas regiones de Colombia y de otros países, como México, China, Suiza, Australia”, destacó el director de Comfacesar
Muestra final
El recorrido culmina con una muestra gastronómica y artesanal, en la que sobresalen mochilas de llamativos colores, adornadas con figuras geométricas, las cuales en la cultura indígena generan trascendencia y propician el contacto directo.
“Son tejidos que representan nuestros pensamientos, aprendizaje y lineamientos cosmogónicos que rigen nuestra forma de ser”, concluyó Arroyo Izquierdo.
Directora de Comunicaciones de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva,
Amplia experiencia en diferentes medios: Periodismo, Imagen Corporativa, Comunicación Organizacional, Marketing político, Relaciones Públicas, Protocolo, Proyectos Televisivos a nivel nacional, Asesoría de comunicación, Desarrollo de páginas Web y Mercadeo.