Tras varios meses hospitalizado, el hijo del Cacique de la Junta fallece a los 18 años. Su familia agradece el apoyo recibido.
Miguel Ángel Díaz, hijo del legendario cantante vallenato Diomedes Díaz y Yolanda Rincón, falleció en la clínica Méderi de Bogotá el sábado 18 de enero, tras permanecer varios meses hospitalizado. Durante su tiempo en el centro médico, Miguel Ángel estuvo en cuidados intensivos, y su madre mantuvo informados a los seguidores a través de redes sociales, compartiendo mensajes de fe y esperanza. ( Además: ONU: Más de 18.000 desplazados por violencia en Catatumbo )
La triste noticia fue confirmada por su hermano Rafael Santos a través de una publicación en la red social Instagram. En su mensaje, Rafael Santos expresó su agradecimiento por los buenos momentos compartidos con su hermano y destacó su nobleza y buen corazón. La partida de Miguel Ángel ha conmovido a la familia Díaz, a sus seguidores y al mundo del vallenato en general.
Lucha constante contra problemas de salud
Miguel Ángel Díaz enfrentó serios problemas de salud desde su infancia. A la edad de 13 años, sufrió una grave infección renal que le causó la pérdida de ambos riñones. Esta situación lo llevó a someterse a un trasplante de riñón, donado por su propia madre, Yolanda Rincón. En años recientes, su salud se deterioró nuevamente, presentando diversas complicaciones que requirieron múltiples ingresos a la UCI. Entre estas complicaciones, se incluyó la amputación de una de sus piernas. A pesar de los esfuerzos médicos y la fortaleza con la que enfrentó sus dolencias, Miguel Ángel no logró superar estas últimas complicaciones.
La familia Díaz Rincón ha expresado su profundo agradecimiento por las innumerables muestras de apoyo y cariño que recibieron durante la difícil batalla que libró Miguel Ángel contra sus problemas de salud. Asimismo, han solicitado oraciones por su eterno descanso, buscando consuelo en la fe en este momento de duelo. La partida de Miguel Ángel Díaz deja un vacío en sus seres queridos y en la comunidad vallenata, que lamenta la pérdida de un joven que luchó incansablemente por su vida.
