Una reflexión tras las recientes elecciones presidenciales de Colombia.
Transcurridas las ocho horas de la jornada electoral, y tras el cierre de las urnas a las 4:00 p. m. del pasado domingo, los colombianos vivimos la segunda jornada de las elecciones presidenciales del 2022 en la cual un gran porcentaje de ciudadanos eligió a Gustavo Francisco Petro Urrego. Como presidente de la república, 2022-2026
De esta contienda electoral podemos sacar varias enseñanzas ya sean de manera positiva o en su efecto de manera negativa.
Personalmente quiero dar mi punto de vista acerca de lo que yo considero uno de los enormes problemas que nos está destruyendo como sociedad, y para esto he querido tomar como base el artículo primero de nuestra constitución nacional de 1991 donde se encuentra uno de los principios que la orienta me refiero concretamente de un principio que se llama pluralismo.
Antes de continuar con mi opinión me parece de suma importancia definir este término. Como pluralismo se denomina el sistema en el cual se acepta, tolera y reconoce la variedad de doctrinas, posiciones, pensamientos, tendencias o creencias dentro de una sociedad.
Partiendo de esta definición en mi criterio el pluralismo es una de las tareas pendientes de nuestra sociedad colombiana, ya que nos cuesta respetar al que piensa diferente, basta con entrar a las redes sociales como Facebook, Instagram, tik tok, twitter, WhatsApp , para darnos cuenta que a pesar que el pluralismo desde el año 1991 hace parte del ordenamiento jurídico, muchos desconocen esta realidad y se nos hace difícil reconocer y respetar al que piensa diferente, nos casamos con un bando y desde allí se destruye al otro de manera sistemática y cobarde.
Por ejemplo, si una persona es simpatizante y declara su afinación a la izquierda inmediatamente se cataloga de guerrillero, mamerto, socialista y otros muchos calificativos, de igual manera si declara su simpatía con ideas de la derecha de inmediato también se etiqueta de paramilitar, fascista, de tener un bajo coeficiente intelectual, incluso a cuestionar la fe que se profesa sin ser capaces de hacer una pausa, un alto para poder escucharlos y de esta manera entender su forma de pensar y ante todo a respetar su decisión más, si su estilo de vida no nos hace daño ¿Cuál es el problema de pensar diferente? ¿Por qué tendríamos que pensar igual?
Es triste ver como en el país el irrespeto hacia la otra persona se puede percibir no solo en la política, sino en algo tan simple como es el deporte de manera concreta me refiero al futbol; Cuántas veces hemos visto un gran porcentaje de ciudadanos violentos, que no admiten que el otro sea hincha de un equipo contrario; Cuantas peleas, insultos, vandalismo y lo más triste, cuantos muertos solo por llevar puesta una camiseta de color diferente; ¿Qué más da ser del Junior, Nacional o América, de Millonarios o Tolima? ¿Qué más da ser de la derecha o de la izquierda o del centro? Respetemos esa diferencia, si no lo hacemos, esto lo único que deja en evidencia es el enorme problema que tenemos como sociedad.
Ya está bueno, no podemos ir por el mundo a la deriva, cada uno tirando por donde quiere, sin norte; burlando, insultando, denigrando al otro por pensar diferente. Ya decía Heidegger que vamos por “sendas perdidas” y no podemos seguir así, es preciso averiguar qué valores vivimos hoy, si son positivos o negativos, pero sobre todo redescubrir el principio hermoso del pluralismo ya que tú, no eres más ni eres menos por pensar distinto. Respetemos la diferencia, el pensar de otro modo no nos puede llevar a ser enemigos, el hecho de que podamos hacer las cosas de manera diferente no significa que esté mal, porque pensar diferente es una virtud no un delito.
Escritor, poeta, compositor, conferencista, locutor y periodista.
