La paz es un proceso de reconciliación y empieza desde uno mismo.
“Dios no necesita ser defendido por nadie y no desea que su nombre sea usado para aterrorizar a la gente. Pido a todos que cese la instrumentalización de las religiones para incitar al odio, a la violencia, al extremismo y al fanatismo ciego”. Papa Francisco.
¿Como transmitir y lograr deslindar sentimientos y percepciones personales en tus opiniones y lograr obtener una comunicación sana y efectiva? Combinar sabiduría, razón y lógica, en un mundo de diversas creencias.
La comunicación nos ha acercado mas que nunca, los medios virtuales son nuestros nuevos escenarios diarios. Cuando te comunicas a través de un escrito o un video, tu percepción, no es la misma que cuando tienes a un interlocutor frente, donde puedes percibir además del lenguaje, la intuición, las percepciones extrasensoriales como la empatía, la clarividencia, la precognisión y otras posibilidades para poder tener una concepción mas profunda de la transmisión de la información.
La paz no se construye en los canales de comunicación repartiendo culpas y perdón, o señalando posturas extremistas, la paz es un proceso de reconciliación y empieza desde uno mismo, porque nadie puede dar lo que no tiene; para yo decirle al otro “Quiero Paz”, tengo que ser un ejemplo de paz, tengo que respirar, expresar, transmitir Paz, hacer Paz.
Cuando entro a una red social, me impresionan las palabras inapropiadas, los oprovios, los enfrentamientos, parece un concurso de quien “ofende más”, y todos tienen el mismo discurso: “Queremos la Paz”, unos dicen que con justicia e insultan a los que según su criterio no actuan bien y los que están del otro bando, recriminan con otros argumentos.
¿Quién dice que así se construyen acuerdos? cuando lo que se despierta son los sentimientos negativos, desafíos, tormentas, venganzas, tribulaciones y finalmente una violencia que en muchos casos puede llevar a graves consecuencias, por no aceptar simplemente los criterios y vivencias del otro y no buscar un lenguaje apropiado para entablar diálogos y consensos.
Recuerdo de adolescente cuando veía las telenovelas latinoamericanas, parecian una apología a los antivalores: “La cenicienta víctima, ofendida, humillada, menospreciada”, y las patronas tramando intrigas, repudio, menoscabo, como en una fría y sucia guerra de competencias, por su puesto, con un final feliz, los malos castigados, y las cenicientas compensadas. Creo que nos acostumbramos a vivir en los libretos de la televisión, parece que los argumentos de la nueva Cultura, se basa en trivialidades de los shows mediáticos para construir sus fieles seguidores y así ganar a un contenedor en unos periodos electorales, ¿Es esta la paz que queremos? ¿Patrocinada por el aplastamiento del poder?, ¿Las diferencias entre hermanos y como bandera el odio, la injusticia y el falso triunfo?
Políticos prefabricados, con una imagen bonachona, peinados para encajar en ciertos públicos, utilización de la retórica para cautivar en las contiendas, como un adolescente conquistando apasionadamente, en una cacería de afectos y entramados.
Todos perdemos en estas tristes competencias, pero no sabemos por qué competimos, ¿por poder? ¿Por tener? Por demostrar? Escenarios ambivalentes, porque el poder para muchos puede significar: Consigo lo quiero a costa de lo que sea…
El tener… es la posesión, y esta tiene un periodo de durabilidad… es esfímera, algún dia se cierra el ciclo.
¿Demostrar?, ¿A quién? Para que? Si es el Honor, la Honra, la dignidad, la Credibilidad, la capacidad, el Talento, la objetividad… Bienvenida la demostración.
La Paz es un trabajo colectivo, cooperativo, colaborativo, constructivo, Transparente…
“No se construye la paz convoando a un nuevo ciclo de guerra”: Comisión de la verdad.
“No hay camino para la paz, la paz es el camino”: Gandhi.
Esta nota se la dedico a todas las Victimas del Conflicto, quienes sacrificaron sus vidas, algunos luchando por la Paz, otros, en un mundo cruel que no tuvo compasión por sus vidas.
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