La defensa del confeso asesino dice tener preocupación por su bienestar físico y psicológico luego del traslado al penal por solicitud de la Fiscalía.
El señalado asesino del estilista Mauricio Leal y su madre, Marleny Hernández, fue trasladado este sábado de los calabozos de la Fiscalía a la cárcel La Picota de Bogotá, por la solicitud que hizo el ente acusador luego de su sorpresiva retractación en el caso que se le sigue por el doble homicidio.
Por la caída del preacuerdo, el fiscal del caso pidió al Inpec que le abriera un cupo al procesado. Ahora, Leal no solo esperará el juicio en su contra en esa cárcel, sino que también pagará la condena, que sería de 60 años, incluyendo los cargos por el delito de tortura.
Familia de Jhonier Leal teme por su seguridad
Ana Julieth Velásquez, abogada del confeso asesino, solicitó a la Procuraduría General de la Nación, al Inpec, a la Fiscalía General de la Nación y a la Judicatura, que le otorguen protección, seguridad y bienestar dentro del penal a su defendido.
Entre las peticiones que hace la defensora se encuentra la información exacta del patio y celda en la que se encontrará su cliente, así como la garantía de que se brinden los derechos fundamentales a la vida y la integridad.
“Reitero a su establecimiento el desasosiego que invade tanto a esta defensa como al círculo familiar de mi prohijado, respecto de su seguridad y bienestar en la integridad física y psicológica”, se lee en la carta que envió al Inpec la abogada de Leal.
Previamente, la defensa había señalado que “cualquier daño físico, moral, psicológico o atentado contra su vida, será responsabilidad de las instituciones anteriormente señaladas”.
Además, consideró que su cliente está “bajo la mira de los medios de comunicación y la sociedad en general”. Y que el acusado ha recibido amenazas en contra de su vida y su estabilidad emocional.
Previamente, la defensa había señalado que “cualquier daño físico, moral, psicológico o atentado contra su vida, será responsabilidad de las instituciones anteriormente señaladas”.
Además, consideró que su cliente está “bajo la mira de los medios de comunicación y la sociedad en general”. Y que el acusado ha recibido amenazas en contra de su vida y su estabilidad emocional.
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