Autoridades capturan al agresor y ofrecen canales para denuncias
En un perturbador caso de violencia sexual, una mujer fue víctima de drogación y abuso por parte de un conductor de taxi en la ciudad de Medellín. Según los informes, el hombre roció una sustancia en el rostro de la víctima, causándole pérdida de conocimiento mientras se encontraba dentro del vehículo. Durante el ataque, el agresor también habría robado dinero a la víctima.
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La captura del sospechoso tuvo lugar el 2 de mayo, gracias a la acción de la Policía Nacional. Sin embargo, en su comparecencia ante la fiscalía seccional Antioquia, el individuo no aceptó los cargos por los delitos de acceso carnal violento y hurto calificado y agravado.
Los hechos ocurrieron en la madrugada del 12 de abril en el sector de La 70 en Laureles. Desde entonces, las autoridades han estado trabajando en la investigación del caso para garantizar que se haga justicia.
Ante esta preocupante situación, la Fiscalía ha habilitado dos canales para recibir denuncias relacionadas con violencia de género. A través del número telefónico 123, las personas pueden comunicarse con la línea de atención especializada, donde recibirán asistencia y orientación sobre los pasos a seguir en el proceso de denuncia.
Adicionalmente, se ha implementado un chat de la Fiscalía para facilitar la interposición de denuncias, y también es posible presentar la denuncia directamente en una de las oficinas correspondientes. Para casos de violencias basadas en género, se encuentra disponible la línea telefónica 122.
Estas líneas de ayuda están activas las 24 horas para atender casos de emergencia, brindar apoyo psicojurídico, ofrecer hogares de acogida a mujeres en riesgo de feminicidio y proporcionar asesoría legal para presentar denuncias ante la Fiscalía.
Es crucial que la sociedad se una en la lucha contra la violencia de género y se denuncien estos actos abominables. La captura del conductor agresor representa un paso importante, pero la prevención y el apoyo a las víctimas deben ser una prioridad constante.
Juntos, como comunidad, debemos alzar la voz y exigir un entorno seguro y libre de violencia para todas las personas.