El país norteamericano anunció un programa humanitario para recibir a migrantes de Colombia, Haití y Venezuela con vínculos familiares en Canadá.
Canadá ha dado un paso generoso hacia la ayuda humanitaria al comprometerse a recibir a 11.000 refugiados de Colombia, Haití y Venezuela este año. Este programa se suma al que anunció en marzo, donde se comprometió a recibir a 15.000 migrantes del hemisferio occidental.
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El ministro de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía de Canadá, Marc Miller, explicó el objetivo principal de la iniciativa en una conferencia de prensa el martes 10 de octubre: ofrecer una alternativa segura a la migración irregular y brindar un refugio a aquellos que enfrentan el desplazamiento forzado.
El programa se centrará en individuos de Colombia, Haití y Venezuela que tienen conexiones familiares en Canadá. Los elegibles incluirán hijos, nietos, cónyuges, parejas de hecho, padres, abuelos o hermanos de un ciudadano canadiense o residente permanente. Los migrantes seleccionados serán beneficiados con “servicios mejorados previos a la llegada”, preparándolos para una integración exitosa en la sociedad canadiense. Estos servicios incluyen evaluaciones de habilidades laborales y referencias a organizaciones de asentamiento en sus comunidades de destino.
Este anuncio llega en un momento crítico, dado el aumento sin precedentes en la migración global, especialmente evidente en las Américas. La colaboración estrecha entre Canadá y Estados Unidos busca abordar los desafíos asociados con rutas migratorias irregulares y peligrosas, como la travesía del Tapón del Darién.
La iniciativa también cuenta con el apoyo y la colaboración de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Ambas organizaciones trabajan incansablemente para entender y responder a las complejidades y necesidades humanitarias asociadas con la migración en la región.
El ministro Miller reafirmó el compromiso de Canadá con los principios humanitarios y de migración segura. Esta iniciativa refleja no solo un esfuerzo nacional, sino un ejemplo de solidaridad global, un faro de esperanza para aquellos en situaciones desesperadas. La crisis en el Tapón del Darién ha resaltado la urgencia de soluciones integradas y humanitarias. Con informes recientes que indican que cientos de miles han atravesado esta región peligrosa en un intento por llegar a los Estados Unidos, la respuesta de Canadá se vuelve aún más significativa.
