El informe de la ACP advierte que sin nuevos pozos exploratorios, el país perderá autosuficiencia energética y enfrentará alzas en tarifas de gas.
La Asociación Colombiana del Petróleo y Gas (ACP) presentó su informe anual “Tendencias de Inversión en Exploración y Producción de Petróleo y Gas en Colombia 2024 y Perspectivas 2025: un sector estratégico en estado crítico”, donde detalla un escenario preocupante para el sector. Entre los hallazgos clave se destacan la reducción de la actividad exploratoria, el deterioro del entorno operativo y las graves consecuencias para la autosuficiencia energética y la estabilidad fiscal del país. ( Además: El Papa destaca la perspectiva de víctimas para construir la paz )
Según el análisis, si no se revierte la tendencia actual, Colombia podría quedarse sin nuevos pozos exploratorios al final de la década, lo que impediría reponer reservas y garantizar una base energética sostenible. Solo quedan 70 pozos comprometidos para perforarse entre 2026 y 2030, mientras que la inversión en exploración caería 18% en 2025, alcanzando su nivel más bajo en cuatro años.
Aunque se proyecta un crecimiento del 15% en inversión para producción en 2025, este aumento no será suficiente sin nuevos proyectos. La producción de petróleo se mantendría en torno a los 760-770 mil barriles por día, niveles insuficientes para compensar el agotamiento de campos existentes. En el caso del gas, la producción disminuiría a 905 millones de pies cúbicos diarios (MPCD) en 2025, frente a los 958 MPCD registrados en 2024.
Además, las reservas probadas de gas han caído 57% en la última década, un descenso que, según el gremio, pone en riesgo la seguridad energética. Frank Pearl, presidente de la ACP, advirtió que “el país enfrenta un doble desafío: mantener la producción con campos que se agotan y reponer las reservas que siguen cayendo”.
Riesgos económicos y llamado a medidas urgentes
El informe también resalta un deterioro en las condiciones para operar. En 2024, los bloqueos a proyectos petroleros aumentaron 151%, exacerbando la conflictividad social y dificultando la ejecución de iniciativas clave. Estas interrupciones, sumadas a la incertidumbre regulatoria y judicial, generan un clima de desconfianza para inversionistas.
Este contexto, junto a un déficit fiscal proyectado de $40 billones, complica aún más el panorama. Si no se incrementa la producción nacional, Colombia podría verse obligada a importar la mitad de la demanda de gas, lo que elevaría las tarifas hasta 46% y afectaría directamente a millones de hogares.
La ACP insiste en la necesidad de implementar medidas que fortalezcan la competitividad del sector, como simplificar trámites ambientales y mejorar la seguridad en zonas productoras. Sin intervención oportuna, el retroceso en autosuficiencia energética impactará el bienestar ciudadano y la estabilidad económica.
“El camino hacia la paz energética requiere políticas claras, inversiones sostenidas y diálogo con comunidades”, concluyó Pearl, destacando que el sector sigue siendo vital para la economía, pero necesita urgente reactivación.
Fuente informativa:- API
