Piden autorización para realizar rituales de armonización, para que ‘espíritus no sean molestados’.
Ludys Ovalle Jácome
Especial para El Tiempo
Valledupar
La Comunidad indígena Ette Ennaka de Diwana (Chimilas), que habita en Mariangola, corregimiento de Valledupar, afirma que los recientes hallazgos de yacimientos arqueológicos, en medio de las obras de la Ruta del Sol Sector 3 (tramo Valledupar-Bosconia), pertenecen a esta etnia.
Así lo aseguran expertos en el arte de la oniromancia (adivinación por medio de los sueños), de esta cultura, quienes han tenido encuentros y diálogos con sus ancestros y antepasados, recreados a través de estos pasajes.
“Esta etnia se caracteriza precisamente por la parte onírica, un principio direccionado por Dios a través de los sueños. Allí, se les ha revelado a los sabios, que estos sitios fueron habitados por nuestros ancestros, donde reposan los restos mortales de muchos de ellos”, explicó Carlos Ariel Sánchez Carmona, líder académico de esta comunidad.
Esta es una de las razones por la que Ofelia María Pertuz López, gobernadora del cabildo de la comunidad Ette Ennaka de Diwana, solicitó al Ministerio del Interior y a la Concesionaria Yuma (constructora de las obras), propiciar condiciones idóneas para que esta etnia, pueda llevar a cabo rituales, ceremonias de armonización y de limpieza, "para que los espíritus de sus ancestros no sean molestados".
“Estos lugares fueron identificados por nuestras comunidades como vestigios de cementerios antiguos. Según nuestra cosmovisión, deben hacerse estos rituales porque tenemos una conexión espiritual con ellos y para nosotros tiene una gran relevancia”, agregó Pertuz López.
“Visitamos el sitio este domingo, avivamos espiritualmente un saludo a través de nuestro padre del mundo y la madre tierra. Fumamos los tabacos, que hacen parte de esta cultura para armonizar el lugar sagrado para que nuestros antepasados sepan que existen los Chimilas en este territorio”, dijo Luis Eduardo Granado, sabio espiritual de esta comunidad.
Diálogo de saberes y estudios técnicos
Precisa la Cabildo Gobernadora, que el equipo técnico y científico de profesionales de la arqueología y antropología, que actualmente lleva a cabo las intervenciones de los yacimientos arqueológicos, posibiliten un diálogo de saberes donde detallen lo que están realizando en la zona.
“Queremos unos talleres para conocer sobre los hallazgos y lo que hasta la fecha han realizado y las proyecciones del material encontrado”, recalcó la líder.
En este mismo sentido, recomendó, realizar estudios técnicos en profundidad con la participación de algunas autoridades tradicionales de su cultura, para establecer la datación y clasificación del material hallado.
“Comprendemos que el material debe ser trasladado a Bogotá para su análisis de identificación, pero, nos gustaría, que se habilitara un lugar de memoria o museo con las piezas encontradas, para que nuestras generaciones tengan una comprensión sobre la larga historia de resistencia de nuestro pueblo”, subrayó.
Los hallazgos
Expertos arqueólogos, antropólogos e ingenieros, vienen realizando desde hace ocho meses una serie de excavaciones en la zona.
Los primeros hallazgos alcanzan 8.800 metros cuadrados y una longitud de 300 metros, donde se encontraron restos óseos y fragmentos de diversos artefactos líticos y cerámicos, los cuales revisten un valor significativo para este pueblo.
En nuestra memoria colectiva, que ha logrado sobrevivir a numerosas tragedias, están identificados lugares y elementos con muchas simbologías.
Según los sabios indígenas Chimilas, la forma como estaban dispuestos los restos humanos y los artefactos de origen marino que los acompañaban: conchas y caracoles, constituye un testimonio que evidenciaría su temprana y larga ocupación en este territorio.
“En nuestra memoria colectiva, que ha logrado sobrevivir a numerosas tragedias, están identificados lugares y elementos con muchas simbologías. Los artefactos hallados, son semejantes las prácticas funerarias que utilizaban los Ette Ennaka a principios del siglo XX”, sostiene Sánchez Carmona.
“Pone de presente, que más allá de la abrupta disrupción ocasionada por la invasión española y desde una perspectiva de larga duración, se advierte un continuum entre los grupos que constituían el complejo cultural denominado Chimila”, indica el líder académico.
El territorio
El pueblo Ette Ennaka habita en los departamentos de Magdalena y Cesar, cuyo territorio tradicional abarcaba una extensa superficie situada entre el complejo cenagoso de la Zapatosa, las riberas de los ríos Ariguaní y la Sierra Nevada de Santa Marta.
En el Cesar, se encuentran tres comunidades: Itti Takke, en Chimila (El Copey), Diwana, Maríangola y Aguasblancas (Valledupar) y Nittake Yangriri, en la periferia de la cabecera municipal de Chimichagua, la gran mayoría de estas comunidades viven en precarias condiciones.
“Pese a nuestra larga historia de resistencia, somos el pueblo indígena más invisibilizado e ignorado del departamento del Cesar, hasta el punto que se desconoce que somos uno habitante ancestral de la Sierra Nevada de Santa Marta”, resalta la comunidad Chimila.
“El pueblo Ette Ennaka no fue incluido en el proceso de consulta previa, libre e Informada que de la intervención que viene realizando Yuma Concesionaria este territorio”, precisó la gobernadora del cabildo.
Fuente informativa:
eltiempo.com

Directora de Comunicaciones de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva,
Amplia experiencia en diferentes medios: Periodismo, Imagen Corporativa, Comunicación Organizacional, Marketing político, Relaciones Públicas, Protocolo, Proyectos Televisivos a nivel nacional, Asesoría de comunicación, Desarrollo de páginas Web y Mercadeo.