Ambos hombres, secuestrados en noviembre, ya se encuentran con sus familias. El ELN justificó el secuestro con acusaciones de espionaje.
En un hecho que ha generado alivio entre las familias y las autoridades, el grupo guerrillero ELN ha liberado al soldado profesional Iván Estiven Torres Úsuga y al civil Edwin Marcelo Mora, quienes permanecían en cautiverio desde el pasado 25 de noviembre en el departamento de Arauca. ( Además: Ofrecen millonaria recompensa por secuestro de ganadero )
La liberación se produjo en el marco de una misión humanitaria liderada por la Defensoría del Pueblo y la Iglesia Católica. Ambos hombres ya se encuentran bajo atención médica y psicológica, y han podido reunirse con sus seres queridos.
El soldado Torres disfrutaba de un permiso en su tierra natal cuando integrantes del frente de guerra oriental del ELN lo sorprendieron e interceptaron en la vereda Tamacai del municipio de Tame. Mora, quien lo acompañaba, también fue capturado y el grupo armado lo acusó falsamente de espionaje.
Las Fuerzas Militares condenaron enérgicamente el secuestro, calificándolo como una grave violación de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario. A través de un comunicado, reiteraron su compromiso con la defensa de la vida y los derechos fundamentales de todos los colombianos y exigieron la liberación inmediata de los secuestrados.
El calvario de las víctimas
El ELN, que opera en los departamentos de Arauca, Boyacá, Casanare y en el estado venezolano de Apure, justificó el secuestro alegando que Torres y Mora realizaban actividades de "espionaje". Sin embargo, esta versión fue desmentida por allegados al soldado, quienes aseguraron que este se encontraba en un permiso y que Mora era un civil.
La liberación de los dos hombres representa un importante logro para las labores humanitarias y golpea la imagen del ELN, señalado en múltiples ocasiones por cometer este tipo de delitos.
Durante su cautiverio, tanto el soldado Torres como el civil Mora fueron sometidos a condiciones inhumanas y a presiones psicológicas. Sus familias vivieron momentos de angustia y desesperación mientras exigían su liberación.
Este hecho una vez más pone de manifiesto la necesidad de encontrar una solución pacífica al conflicto armado en Colombia. La liberación de los secuestrados es un paso en la dirección correcta, pero aún queda mucho por hacer para garantizar la seguridad de los ciudadanos y construir una paz duradera.
Fuente informativa:- API