Funcionaria Gloria Miranda aclara que reporte de 253.000 hectáreas corresponde a 2023, mientras destaca desaceleración en crecimiento actual bajo nueva estrategia.
Tras el informe de Naciones Unidas que reveló 253.000 hectáreas dedicadas a coca en Colombia, Gloria Miranda, directora de Sustitución de Cultivos Ilícitos, precisó: "Estas cifras ya eran conocidas desde 2024, no reflejan la situación actual". Durante una entrevista en Noticias Caracol, explicó que el reporte corresponde exclusivamente a datos consolidados del año pasado. Subrayó un cambio fundamental: el problema narcótico dejó de ser local para convertirse en preocupación transnacional, vinculada directamente al consumo global. (Lea también: Centro Democrático rechaza demanda contra Miguel Uribe )
Miranda analizó las causas del crecimiento histórico: "Si hubo aumento, es porque existe un incremento en el consumo mundial". Alertó que mientras persista la demanda, grupos armados seguirán abasteciendo el mercado. La funcionaria evitó simplificaciones: "Es utópico creer que un programa de sustitución acabará solo con el narcotráfico". Enfatizó que la meta real es doble: reducir hectáreas cultivadas y mejorar las condiciones de comunidades vulnerables atrapadas en esta economía ilegal.
Desaceleración en Tasa de Expansión
Comparando periodos gubernamentales, reveló un cambio significativo: *"Entre 2021-2022 el aumento fue del 30%, pero ahora ronda solo el 3% al 5%"*. Atribuyó esta reducción en la velocidad de expansión a las políticas implementadas desde 2024. Los números operativos de la Policía respaldan su pronóstico: espera que el próximo informe de la ONU en octubre no muestre saltos dramáticos. "El aumento dejó de ser exponencial", recalcó, insistiendo en que la tendencia se revierte paso a paso.
Los programas actuales ya muestran efectos en regiones críticas como Catatumbo y Cauca, aunque Miranda advirtió que los resultados completos se verán hasta 2026. "Recién entonces se reflejará plenamente en las cifras", afirmó. Esta visión a mediano plazo reconoce la complejidad del desafío: mientras el consumo mundial persista, Colombia seguirá enfrentando presión productora. La estrategia combina erradicación con desarrollo social, priorizando a poblaciones históricamente marginadas por el conflicto.
Fuente informativa:- API