José Félix Lafaurie destaca la gravedad de la extorsión y su impacto en la seguridad y la economía del país.
El presidente ejecutivo de Fedegan, José Félix Lafaurie, presentó una radiografía alarmante sobre el creciente problema de la extorsión en Colombia, calificándolo como un delito que “se salió de madre”. Lafaurie, quien también forma parte del equipo negociador del Gobierno Nacional con el ELN, mencionó varios ejemplos de cómo la extorsión se ha convertido en una práctica común en todo el país.
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En su análisis publicado en la revista Contexto Ganadero, Lafaurie destacó que la extorsión se manifiesta de diferentes formas, como el cobro de “peajes” o “impuestos revolucionarios” en los territorios. Señaló casos alarmantes, como el cierre de más de 200 locales en Barranquilla y 300 en Sincelejo debido a la extorsión. Estos números representan una tragedia social y económica, especialmente considerando que Sincelejo es una ciudad mediana.
Lafaurie también mencionó la situación en Bogotá, donde grupos delictivos obligan a los comerciantes a vender drogas y licor adulterado bajo amenaza de muerte, además de cobrarles una “cuota de seguridad”. En el Valle de Aburrá, el “servicio de seguridad” se cobra a través de las ventas, afectando incluso a los vendedores ambulantes de arepas.
El presidente de Fedegan citó al coordinador de la iniciativa de Seguridad y Justicia de la Universidad Eafit, quien reveló que en Medellín se presentan entre 400 y 500 denuncias de extorsión cada año, y una encuesta de 2019 indicó que más de 150,000 hogares y negocios han sido víctimas de este delito. Lafaurie también resaltó situaciones en Buenaventura, donde los lancheros son extorsionados por mover mercancías, y en la vía Santa Marta – Barranquilla, donde los retenes amenazantes exigen pagos bajo la amenaza de dañar los vehículos.
En su columna, Lafaurie enfatizó que la extorsión opera con especialización macabra en los sectores populares y afecta a la economía popular que el gobierno actual busca recuperar. Recuperar la seguridad y liberar a los más pobres de la extorsión, según él, serían grandes pasos hacia la paz total, ya que la inseguridad actual oscurece el horizonte del país.
