El informe de Anif revela un aumento del 9,8% respecto a 2022, concentrado en zonas de conflicto armado como Nariño, Putumayo y Norte de Santander.
De acuerdo con el informe “Del dicho al hecho: resultados y retos en la lucha contra el narcotráfico” , elaborado por el Centro de Estudios Económicos ANIF, Colombia alcanzó en 2023 un récord de 252.572 hectáreas sembradas con hoja de coca, lo que representa un incremento del 9,8% respecto a 2022. Este crecimiento se concentra en regiones marcadas por el conflicto armado, especialmente en el suroccidente y el nororiente del país.(Lea también: Fallece joven tras accidente en motocicleta en Valledupar )
El departamento de Nariño lidera la lista con 64.994 hectáreas, consolidándose como el epicentro de los cultivos ilícitos. Su ubicación fronteriza y acceso al océano Pacífico lo convierten en un enclave estratégico para el narcotráfico, facilitando rutas marítimas ilegales.
Dinámica cocalera en Putumayo y Norte de Santander
El Putumayo ocupa el segundo lugar con 50.343 hectáreas, mostrando un aumento significativo de más de 20.000 hectáreas desde 2021. En el Norte de Santander , se registraron 43.867 hectáreas, donde la violencia entre grupos armados ilegales en la región del Catatumbo ha desplazado a más de 53.000 personas hacia centros urbanos, según reportes de la ONU.
Juntas, las tres regiones concentran el 63% de los cultivos de coca en Colombia. Además, 16 de los 19 departamentos con presencia de estas plantaciones reportaron un aumento en su extensión, evidenciando una tendencia generalizada al alza en el país.
Riesgos y desafíos para Colombia
El informe de ANIF advierte que Colombia podría perder la certificación antidrogas por parte de Estados Unidos, lo que afectaría la asistencia económica internacional para combatir el narcotráfico y debilitaría la seguridad regional. Esta posible pérdida de apoyo también podría impactar negativamente la inversión extranjera y agravar la inestabilidad social en áreas ya golpeadas por el conflicto.
El crecimiento de los cultivos ilícitos refleja la persistencia de redes criminales en zonas con presencia histórica de grupos armados ilegales, donde la vacancia estatal y la pobreza generan condiciones propicias para la expansión del narcotráfico.
Desafíos frente a una crisis extendida
El informe destaca que el aumento de cultivos no solo pone en riesgo los esfuerzos de erradicación, sino que también complica las perspectivas de desarrollo sostenible en regiones afectadas. La falta de alternativas económicas viables y la presión de organizaciones ilegales dificultan la implementación de políticas públicas efectivas.
Este escenario plantea un reto crítico para el gobierno, que debe equilibrar estrategias de erradicación con programas de sustitución de cultivos y fortalecimiento institucional en territorios abandonados por el Estado.
Fuente informativa:- API
