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sábado, 23 noviembre, 2024

    Valledupar, 471 años entre cantos, versos y notas de acordeones

    Expertos del folclor aseguran que los cantos vallenatos han influido en el desarrollo de la ciudad.

    La capital vallenata celebra 471 años. Foto: Alcaldía de Valledupar

    Ludys Ovalle Jácome
    Especial para El Tiempo
    Valledupar

    Entre cantos, versos y notas de acordeones, Valledupar celebra hoy sus 471 años de fundación.

    Más de cuatro siglos de historia serán hilvanados entre la magia de los cantos vallenatos de Iván Villazón, Diego Daza, Mono Zabaleta, Churo Díaz y Paky Cotes, quienes engalanarán a la ciudad con un concierto virtual, en el parque de la Leyenda Vallenata ‘Consuelo Araújo Noguera’.

    El evento, organizado por la alcaldía de Valledupar, será transmitido por las redes institucionales a partir de las seis de la tarde.

    Investigadores del folclor vallenato, músicos, compositores, historiadores, gestores culturales, filósofos, antropólogos y sociólogos coinciden en que el poder comunicativo de la música vallenata, distintiva de la capital del Cesar, que brotó de un cantar de juglares que narraban a través de su mensaje musical, crónicas y leyendas de la región, está ligado al vertiginoso crecimiento económico, político, social y cultural de la ciudad.

    Por tanto, en muchas obras musicales predominan su arraigo fiestero, el perfume de seducción, el amor por su tierra, el carácter alegre de su gente, sus paisajes, el legado de sus costumbres que se mantienen intacta en las tradiciones y su pasado étnico.

    “Indudablemente, existe una relación entre la música vallenata y el desarrollo histórico de la ciudad. Esto ha quedado reflejado en los cantos de nuestros juglares”, asegura Carlos Liñán Pitre, Jefe de la oficina de cultura de Valledupar.

    n muchas obras musicales, predominan su arraigo fiestero, el perfume de su seducción, el amor por su tierra, el carácter alegre de su gente.  Foto: Alcaldía de Valledupar
    n muchas obras musicales, predominan su arraigo fiestero, el perfume de su seducción, el amor por su tierra, el carácter alegre de su gente. Foto: Alcaldía de Valledupar

    Matizadas en este contexto histórico, sale a relucir un universo de composiciones vallenatas que describen con tintas de oro, la belleza y esencia de transformación social de Valledupar.

    “Escalona tiene una garra de águila/ que Valencia le obsequió/ en la fiesta vallenata que él hizo en el palacio presidencial/ Una de las primeras que mató cuando estaba muy niño en Popayán/ Con su dedicatoria se la dio/ ya se la llevan pa´ Valledupar”, dice uno de los estribillos de la canción “La Garra”, del compositor Armando Zabaleta Guevara, grabada en 1982 por Diomedes Díaz y Colacho Mendoza.

    Expertos del folclor vallenato aseguran que esta canción inserta el elemento político que impulsa de alguna manera el fenómeno de transformación de la ciudad.

    “La garra era una pata de un águila que había cazado el presidente Valencia durante su juventud. La disecó y se la regaló a Escalona. Este se la trae de Bogotá a Valledupar”, explica Liñán y acto seguido recalca “Muestra al Escalona político que se codea con el presidente de aquel entonces y de cómo el vallenato que se va abriendo paso en Bogotá. A partir de estas canciones el territorio adquiere otra categoría: Pasa de ser una aldea, a una ciudad, que luego se convierte en la capital del Cesar ”.

    El vínculo entre las expresiones culturales y la vida política de este municipio también se ve enmarcado en los versos de varias canciones.  Foto: Alcaldía de Valledupar
    El vínculo entre las expresiones culturales y la vida política de este municipio también se ve enmarcado en los versos de varias canciones. Foto: Alcaldía de Valledupar

    El vínculo entre las expresiones culturales y la vida política de este municipio, también se ve enmarcado en los versos de la canción ‘López es el pollo’, del fallecido compositor Rafael Escalona Martínez.

    “El Partido Liberal tiene el hombre/ en la plaza de Bolívar se grita/ López es el Pollo, López es el gallo/ el Presidente que Colombia necesita/ López es el Pollo, López es el gallo/ el Presidente que Colombia necesita/”.

    Este tema vallenato lo realizó el maestro en 1974, durante la campaña presidencial de Alfonso López Michelsen, quien tenía sus raíces profundas en esta ciudad, donde nació su abuela, Rosario Pumarejo de Cotes.

    “Desde joven, López comenzó a venir a Valledupar, precisamente por los bienes que le había dejado su abuela. Entonces hizo muchas amistades y fue acogido por toda la sociedad. Sembraba arroz en las haciendas que le dejaron y en ellas solía armar sus tertulias”, relata la historiadora vallenata, Giomar Guerra Bonilla.

    Hay una lista infinita de composiciones que marcaron una huella en la vida de Valledupar. Foto: Alcaldía de Valledupar

    “A partir de estos encuentros, le abre camino a la música vallenata y esta adquiere prestigio en las élites de la capital del país. En medio de esas parrandas, se traía personajes ilustres para la ciudad”, recalca Guerra.

    En esta lista infinita de composiciones que también marcaron una huella en la vida de Valledupar, se destaca ‘La Custodia de Badillo’, escrita también por Escalona, donde manifiesta la influencia de la religión en la sociedad vallenata y sus alrededores.

    “En ella se resalta de alguna manera, el sentir de nuestra sociedad por los bienes de la iglesia que tienen un valor representativo en la fe y en ese proceso de evangelización que aquel entonces vivíamos”, comenta el Jefe de Cultura.

    Con el paso de los años, la región se ve inmersa en la violencia, comienzan a aflorar nuevas creaciones musicales y la tierra del Valle del Cacique Upar se nutre de su contenido y rítmica, las cuales adquieren una amplia difusión y repercusión en esta etapa.

    Porque mi tierra ya no es lo que fue/ emporio de dulce canción/ remanso de dicha y de paz/ amenizado en acordeón/ rumores de viejas voces/ de ambiente regional…

    En este ámbito musical, figuran como referentes ‘Que la violencia ya no llegue al Valle’, calificada por muchos como la vivencia más elocuente que esta zona del país está herida por el rigor de la violencia, letras que suman a la canción ‘Rumores de Viejas voces’, ambas escritas por el poeta romántico y soñador de la música vallenata, Gustavo Gutiérrez Cabello.

    “Porque mi tierra ya no es lo que fue/ emporio de dulce canción/ remanso de dicha y de paz/ amenizado en acordeón/ rumores de viejas voces/ de ambiente regional/ no se escucharán los goces de tu sentido cantar”.

    En esta época, las amplias casonas con ventanales de madera y techos de teja de barro anaranjado de Valledupar abren paso a un nuevo despertar arquitectónico, donde los rincones históricos se integra a un sinfín de proyectos de remodelación urbanísticos como ‘La Casa en el Aire’ que se construye actualmente, la plaza Alfonso López, remodelada recientemente, Parque de la Provincia y el Centro de Eventos ‘Paisaje de Sol’.

    Que la violencia ya no llegue al Valle

    También hacen parte de esta nueva historia urbanística, ‘La Villa Olímpica’, que se construye para dar la bienvenida a los Juegos Bolivarianos de 2022.

    Son referentes de esta época, temas icónicos como ‘Nació mi poesía’, de Fernando Dangond Castro.

    “Ya no hay casitas de bahareque/ se llenó el valle más de luces/ no venden ya arepitas y queque, merengues/ chiricato y dulces/ “.

    Ahora, la ciudad es un museo a cielo abierto, donde la identidad cultural y musical se ve reflejada en los monumentos que rinden tributo a los exponentes del folclor.

    Con el paso de los años, comienzan a aflorar nuevas creaciones musicales en la tierra del Valle del Cacique Upar.  Foto: Alcaldía de Valledupar
    Con el paso de los años, comienzan a aflorar nuevas creaciones musicales en la tierra del Valle del Cacique Upar. Foto: Alcaldía de Valledupar

    “Sigue siendo un compromiso moral a estos hombres y mujeres que construyeron el folclor pulso a pulso, cuando nadie creía en el folclor, cuando nadie daba un peso por el vallenato, ellos se arriesgaron y lograron lo que hoy tenemos”, subraya Liñán.

    En este nuevo desafío, la ciudad cuenta con una hoja de ruta para su porvenir económico social e institucional, ha avanzado en el impulso de industria creativa, ha hecho de la cultura una forma de transformación social, situaciones favorables que la destacan como capital naranja de la Costa Caribe.

    El 30 de octubre del 2019, fue declarada por la Unesco como Ciudad Creativa de la Música.

    Quiero ver los caminitos/ que cuando era un niño recorrí en el Valle/ Quiero hablar con los amigos de esos tiempos idos, tan inolvidables/ Quiero hablar de la canción que un día canté…

    Recientemente fueron aprobadas tres Áreas de Desarrollo Naranja (ADN), para fomentar el turismo, la economía y la cultura de la ciudad, el cual contempla espacios de la ciudad, definidos en honor a este rico folclor, tales como ‘Viejo Valledupar’ que inmortaliza una de las obras musicales de Rodolfo ‘El Veje” Bolaños’, ‘Confidencias’ de Gustavo Gutiérrez, y ‘Caminitos del Valle’, de Iván Ovalle, cuyos versos también testimonian la magia de este territorio.

    “Quiero ver los caminitos/ que cuando era un niño recorrí en el Valle/ Quiero hablar con los amigos de esos tiempos idos, tan inolvidables/ Quiero hablar de la canción que un día canté/ por primera vez con amigos me atreví”.

    Fuente informativa: 
    eltiempo.com

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