Los pegaron a un lado de logos del Paris Saint-Germain y Zacapa. Un celular es clave en el proceso.
Minutos antes de la medianoche del pasado martes 5 de julio, la Policía de San Andrés llegó por asalto a una casa en la playa ubicada en la zona turística de Cayo Rocoso (Rocky Cay), este de la isla.
Información de inteligencia recogida por esa seccional señalaba que en un predio cerca de la zona de San Luis había movimientos extraños y una posible operación de narcotráfico a gran escala.
Cuando ingresaron al lugar, apoyados por el Grupo de Operaciones Especiales, encontraron 63 bultos impermeabilizados, una caja llena de alimentos y provisiones para varios días, un recibo, las llaves de una lancha rápida y un celular.
Inicialmente, creyeron que se trataba de un operativo rutinario de incautación de cocaína que iba rumbo a Centroamérica y luego a Estados Unidos. Pero la inspección de los bultos y del celular arrojó información que de inmediato llamó la atención incluso de la DEA.
Las seis marquillas
Las panelas de cocaína estaban identificadas con los logos del equipo Paris Saint-Germain, del ron Zacapa y de los relojes AP, entre otras marquillas.
Para los investigadores, esta es una vieja práctica en la que se usan de manera fraudulenta los logos de marcas reconocidas para diferenciar los envíos.
“Se encontraron 63 bloques de clorhidrato de cocaína, con un peso aproximado de 1,5 toneladas. Además, un celular con información privilegiada”, confirmó la coronel María Elena Gómez Méndez, comandante de la Policía de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Pero en las panelas que llevaban el logo que emulaba el de la escuadra francesa había dos elementos que por primera vez se encuentran en una incautación de clorhidrato de cocaína.
EL TIEMPO tuvo acceso exclusivo a videos y fotos en donde se ve que esas panelas llevaban código de barras, mecanismo usado en la gran industria para la identificación e inventario de un producto específico.
El tema llamó la atención y la Policía descubrió, minutos después, por qué les pegaron a esas panelas las barras digitales y los seriales.
Cantidades industriales
Cuando se les aplicó la prueba química PIPH (para confirmar que era cocaína) el resultado arrojó la máxima pureza.
Investigadores le dijeron a este diario que el uso de código de barras comprueba que es tanta la producción de cocaína que en los mercados internacionales ya se está clasificando e inventariando por máximos niveles de pureza. Además, que es claro que el escaneo de la mercancía permite identificar a su dueño, destino y precio por
Los videos y el celular
Este diario estableció que el predio en el que fue hallada la droga pertenece a un raizal que dijo que lo había alquilado como posada.
Sin embargo, en el celular que se encontró estaba la foto de una especie de recibo (levantado en una hoja de cuaderno) en el que se identificaba el número de panelas según su marquilla junto a las iniciales de quienes serían los dueños.
“Ac: 800; Ap: 200; Ac roja: 267; Zacapa: 73; Bol: 132; Puki:8; París: 104. Total: 1.584”, se lee en el papel.
El recibo tiene fecha del 29 de junio de 2022, por lo que se deduce que la droga estaba en la casa de playa desde hacía menos de cinco días.
El móvil incautado es revisado por investigadores forenses para establecer si contiene más información relevante que permita dar con los dueños del cargamento, avaluado en más de 21.000 millones de pesos.
Además, ya se recogieron las cámaras de seguridad de la zona para saber quién es el hombre que alquiló la casa en la playa y que movió la droga en una camioneta, que también fue incautada.
“Se han hecho todas las coordinaciones con la Fiscalía Especializada de Narcotráfico y se llevó el cargamento incautado a Santa Marta para su judicialización y destrucción”, informó la coronel Gómez Méndez, de la Policía de la isla.
Y la DEA solicitó acceso a parte de la información para cotejarla con datos que ya habían recaudado y poder llegar a la organización que llevaba la cocaína desde el centro del país a San Andrés para moverla luego a Estados Unidos.
El sábado, las panelas fueron destruidas tras tomar el material probatorio. El reto es descubrir dónde están los lectores de los códigos de barras de la mafia.
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