Boletín revela que el modelo beneficia menos a hogares de bajos ingresos por escasez de vivienda prioritaria e indexación al salario mínimo.
Un reciente boletín publicado por la Asociación Nacional de Cajas de Compensación Familiar (Asocajas) revela una preocupante realidad sobre la adquisición de vivienda social en Colombia. Según el informe, el modelo actual está perdiendo su capacidad para responder eficazmente a las necesidades de los hogares con menores ingresos, incluso cuando estos cuentan con subsidios otorgados por las Cajas de Compensación. ( Además: Resultados positivos en seguridad durante Semana Santa )
En medio de un panorama económico complejo, donde el sector constructor ha visto caer su participación en el PIB en un -4.1% y la asignación de subsidios se ha reducido en un 12%, el boletín de Asocajas pone en evidencia una situación crítica. La vivienda de interés prioritario (VIP), que es la única opción viable para familias con ingresos inferiores a dos salarios mínimos, representa apenas un 8% de la oferta total del mercado inmobiliario.
El problema se agrava considerablemente debido a que el valor de estas viviendas de interés prioritario está indexado al salario mínimo legal mensual vigente. Aunque esta fórmula busca teóricamente proteger el valor adquisitivo de los hogares, en la práctica ha generado un aumento desproporcionado en los precios de la vivienda VIP. En los últimos 15 años, el monto de recursos propios que un hogar debe aportar para adquirir una vivienda ha crecido en más de $110 millones de pesos, incluso si se cuenta con un subsidio. Esto indica que, en lugar de reducir la brecha habitacional, los incrementos anuales en el salario mínimo la están ampliando para los hogares de menores ingresos.
Necesidad de ajustes urgentes en el modelo
Adriana Guillén, presidenta ejecutiva de Asocajas, subrayó la importancia de garantizar el acceso a vivienda digna para todos los hogares, especialmente los más vulnerables. “Desde Asocajas creemos que es momento de revisar los mecanismos actuales y avanzar hacia un modelo más equilibrado, que combine subsidios eficientes, oferta adecuada y criterios de indexación que realmente respondan al poder adquisitivo de las familias”, aseguró Guillén.
85% de la oferta de vivienda social está fuera del alcance de los hogares con ingresos inferiores a 2 salarios mínimos, incluso si cuentan con subsidio.
Según el boletín de la asociación, los hogares con ingresos de hasta cuatro salarios mínimos solo pueden adquirir vivienda si logran acceder de manera simultánea a un subsidio, un crédito hipotecario y cuentan con ahorros. Sin embargo, los requisitos exigidos por el sistema financiero para acceder a crédito suelen excluir a los hogares más vulnerables, que no logran cumplir con los puntajes mínimos requeridos.
La situación es aún más crítica para quienes ganan entre uno y dos salarios mínimos: su única opción sería la vivienda de interés prioritario, un segmento que hoy es prácticamente inexistente en muchas regiones del país. En este contexto, el modelo actual de acceso a vivienda se vuelve inviable para miles de familias colombianas, a menos que los subsidios otorgados por las Cajas se complementen con nuevas estrategias de financiación.
El valor de la vivienda indexado al salario mínimo ha aumentado la brecha financiera que los hogares deben cubrir, haciendo cada vez más difícil el cierre financiero.
Estas podrían incluir la concurrencia de subsidios con el Gobierno Nacional, la implementación de alivios a la tasa de interés de los créditos hipotecarios, o la adopción de mecanismos de indexación más justos que no dependan exclusivamente del salario mínimo.
Papel de las cajas de compensación
El boletín de Asocajas también destaca el papel fundamental que cumplen las Cajas de Compensación Familiar como motores contracíclicos en el sector vivienda. Entre los años 2016 y 2024, las Cajas han asignado más de 516.000 subsidios por un valor superior a los $15,7 billones de pesos, con una apuesta decidida por la vivienda nueva y priorizando a los hogares con menores ingresos.
A través del Fondo de Vivienda de Interés Social (FOVIS), las Cajas no solo contribuyen al cierre del déficit habitacional, sino que también generan empleo, dinamizan la economía local y mejoran el bienestar de millones de familias trabajadoras afiliadas. No obstante, el informe señala que el fondo requiere hoy más que nunca de medidas estructurales que garanticen su sostenibilidad a largo plazo y que aseguren su llegada a los territorios que presentan un mayor déficit habitacional, especialmente en las zonas rurales del país.
Las Cajas de Compensación Familiar han asignado más de 516 mil subsidios en los últimos 9 años, actuando como motor contra cíclico del sector vivienda y pilar de bienestar social.
El informe concluye con un llamado urgente a repensar el modelo de política habitacional en Colombia. Se plantean interrogantes clave:
- ¿Debe seguir siendo el salario mínimo la unidad de referencia para fijar el valor de la vivienda social y de los subsidios?
- ¿Qué alternativas podrían ofrecer un sistema más justo y eficiente, que se ajuste a las condiciones regionales de productividad y poder adquisitivo de las familias?
Mientras se buscan respuestas a estas preguntas, la necesidad de una política pública integral, solidaria y de largo aliento se hace cada vez más apremiante para garantizar que el acceso a vivienda digna sea un derecho fundamental para todos los ciudadanos y no un privilegio al que solo algunos puedan acceder.
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