El ambiente político es cada vez más hostil y espinoso para el trámite de la polémica reforma a la salud propuesta por el Gobierno Nacional.
Muestra de esta situación es el creciente inconformismo frente a la propuesta de acabar con las EPS y darle un revolcón al sistema actual, lo que desató una indisposición que ya trascendió de partidos de oposición como el Centro Democrático a la coalición de gobierno, como en el caso del Partido Liberal.
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Así como ocurrió en el Centro Democrático, en las toldas liberales también se está alistando un proyecto propio de reforma a la salud para hacerle contrapeso a la iniciativa reformista que está liderando la ministra de Salud, Carolina Corcho, y que dejó sumamente preocupados a los jefes de estos partidos, los expresidentes Álvaro Uribe y César Gaviria, respectivamente.
Contrarreforma de liberales
Este diario confirmó que el Partido Liberal creó una oficina de “apoyo legislativo” y desde allí está coordinando la construcción de un proyecto de contrarreforma de salud al que llamarán “reforma para fortalecer y no arrasar el sistema de salud”.
Para este proyecto reformista que busca hacerle frente al del Gobierno y que sería radicado en el Congreso en marzo, los liberales contemplan como base un análisis técnico interno realizado recientemente en el que resaltaron que además de prestar servicios de salud, el sistema debe tener buen desempeño en materia de operaciones, compra de servicios y tecnologías, financiación y contabilidad, preparación a emergencias, e investigación y desarrollo.
Con esta postura inconforme y con su propia reforma a la vista, las directivas liberales están contemplando restarán sus votos al proyecto oficialista de Petro, teniendo en cuenta el llamado de Gaviria de hace una semana para que sus legisladores “no voten a ciegas” y menos por una reforma a la salud que considera que “destruye el sistema actual”.
Así las cosas, la Casa de Nariño tendrá que agarrar calculadora para hacer cuentas de los apoyos en el Congreso porque los liberales no son los únicos que han hecho reparos a la reforma a la salud, ya que Álvaro Uribe también publicó un documento en el que expuso sus preocupaciones al respecto. Además, La U hizo reparos y Cambio Radical (independiente) ha criticado este proyecto.
La reforma empezará a ser discutida en la Comisión Séptima de la Cámara , que está conformada por 21 congresistas de esta manera: 5 del Pacto Histórico, 4 del Partido Liberal, 2 del Partido Conservador, 2 del Partido de La U, 2 de Alianza Verde, 2 de Cambio Radical, 2 del Centro Democrático y 2 curules de paz.
Teniendo en cuenta el panorama político actual, el Gobierno contaría solo con 7 votos a favor (5 del Pacto, 1 verde y 1 de curules de paz), 6 votos están sin definir por indecisión (2 conservadores, 2 de La U, 1 verde y 1 de curules de paz), y 8 votarían en contra (4 liberales, 2 del Centro Democrático y 2 de Cambio Radical).
De seguir creciendo el inconformismo con la reforma y con la propia ministra Corcho, el Gobierno tendrá que hacer movidas políticas para evitar que se hunda su reforma.
¿De aliados a palo en la rueda?
Pese a que el Liberal ha sido un socio estratégico para el Gobierno de Gustavo Petro en el Congreso, la reforma a la salud fue un punto disruptivo en esta relación política. Así quedó en evidencia este miércoles cuando se dio a conocer que el expresidente Gaviria le entregó a su bancada un folleto que tituló “No permitiremos que arrasen el sistema de salud”, con el que estableció sus ‘líneas rojas’ frente al proyecto reformista del Gobierno.
Este diario conoció que Gaviria le hizo llegar a los 12 senadores y 32 representantes a a la Cámara liberales esta cartilla con la que destacó el funcionamiento del actual sistema de salud al resaltar que tiene un desempeño muy superior en el objetivo fundamental de lograr equidad en el goce del derecho fundamental a la salud protegiendo financieramente a las personas.
Con esta cartilla y la contrarreforma que alistan quedó claro que la reforma a la salud de Petro no fue bien recibida por la dirigencia liberal, y las diferencias son tan amplias que el proyecto podría hundirse si Petro no hace ajustes a la iniciativa o hace movidas burocráticas para cambiar y poner de su lado el panorama.
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